El devenir del mundillo sindical en prisiones, todas conocemos sobradamente, que es muy ramplón, por lo general la preocupación está centrada en como destruir al contrario mediante juegos palaciegos de desprestigio y sobre todo mucha intoxicación en la información que se filtra a las plantillas.
Es difícil encontrar un discurso sindical coherente y con perspectiva entre las diferentes siglas que nos inundan en nuestros centros de trabajo, la rutina se mueve en un permanente balanceo entre filias y fobias, aderezadas por el picante de los intereses personales de los que representan los intereses colectivos.
La falta de perspectiva estratégica se materializa en un infantilismo sindical caracterizado por la grandilocuencia de las frases vacías, la actividad sindical reactiva a tenor de la agenda que marca la Administración, donde no queda espacio para la imaginación y la propuesta alternativa. De este modo siempre bailamos al son, con la música y la letra que pone la Administración, que para eso la “administración somos todos”
El último ejemplo de peregrina mediocridad y seguidismo por parte de los “agentes” sindicales lo encontramos en el tratamiento dado al lápiz óptico, en un proceso escatológico, la Administración crea el problema con la “necesidad” de contratar un servicio cuya única finalidad, presunta –todo sistema de control tiene un sistema de evasión- , es la de controlar al personal durante su turno de noche. Ciertamente no se han molestado mucho en desarrollar un argumentario, “lo hacen por nuestra seguridad jurídica”. Igual que cuando nos recortan derechos y rebajan sueldos, para tener un futuro más esplendoroso -estos curas civiles también no prometen un paraíso futuro mientras no dejan el infierno presente-
En esta situación, los sindicalistas se dividen y los que tienen más compromisos con estos administradores, se inclinan por aceptar la implantación del lápiz, “más que nada para evitar males mayores”, csif como siempre no sabe ni contesta, está a favor, pero no firma nada y los ccoo están en contra pero como están fuera del estableshisment actual de II.PP. no cuentan. Como no hay unanimidad a la hora de repartirse como se come el marrón, los que hasta ese momento les parecía bien, cambian sin rubor y dicen que tampoco firman que no se lo van a comer solos, que lo saque sola la Administración total para lo que les queda que se lo coman ellos.
Este es el oportunismo que caracteriza la deriva sindical en prisiones, las posiciones de los sindicatos valen para el sí, igual para el no, como para ya veré, todo depende de cómo se reparte la cuota del marrón y el descredito ante el personal, están vacios de estrategia, de propuesta, y sobre todo vacios de sinceridad y de honestidad con el colectivo. Y se permiten ese lujo porque las que estamos afiliadas se lo permitimos, los afiliados debemos de ponerles las pilas a nuestros representantes, el problema no son los sindicatos, el problema son los autoproclamados sindicalista de quita y pon, mayoritarios en prisiones por cierto.
Ya es hora de exigir actuaciones desde dentro de los sindicatos donde estemos cada cual, para que empiecen a reformarse, a vincularse con su bases social y a representar al colectivo y no sus intereses personales.
Necesitamos movilizaciones sostenidas en el tiempo para cosas de envergadura, reivindicaciones serias,
· La falta de personal
· Cuerpo ayudantes al grupo B
· Recuperación del poder adquisitivo
Estas son necesidades básicas que afectan a la totalidad del colectivo, no dejemos que la administración nos siga dividiendo, pero tampoco nuestros sindicatos con sus juegos de pleitas de salón, exijámosles a nuestros delegados, un día si y otro también, acción frente a todo este despropósito que degenera y degrada nuestra profesionalidad en prisiones.