martes, 27 de noviembre de 2018

#SOSPRISIONES, CAMINANDO HACIA NINGUN LADO


Es cierto que tengo mucha satisfacción por el comportamiento del colectivo del personal de prisiones, que, aunque con desigual intensidad según áreas y centros han expresado con nitidez su voluntad de cambiar el actual estado de decadencia laboral en las Instituciones Penitenciarias.

Todas las que participamos activamente, pasándonos por el piquete vimos allí a los delegados y delegadas a los que tanto se les denostó, la mayoría de las veces injustamente. Cortamos los accesos, tuvimos encontronazos con los chicos de jusapol y se manifestó un ambiente de bastante buen rollo en la plantilla, y se respiraba unidad como hace muchos años, al menos en mi centro.

Todos eso porque creemos que lo que reivindicamos es justo y que además de dinero es urgente que se nos reconozca, queremos respeto y dignidad, que no seamos el agujero negro de la Administración del Estado, que se deje de ningunearnos comparándonos con otros. Nuestro trabajo es único, porque lo hacemos en unas condiciones extremas, con miles de reclusos que están encarcelados contra su voluntad y muchos de los cuales tienes serios problemas mentales que acaban aumentando una cifra de agresiones brutales que la Administración trata de ocultar con la activa complicidad de las cúpulas de UGT y CSIF que defienden el Peafa

La huelga ha sido un éxito, pero también ha servido para evidenciar otras cosas menos glamurosas, como por ejemplo la enorme distancia de los líderes sindicales de prisiones con la realidad de las que padecemos cada día trabajar dentro de una prisión.

Nuestros líderes sindicales, llevan demasiados años alejados de nuestra realidad, urge una renovación generacional, sus propuestas tienen más que ver con mantenerse en su poltrona, o como echarle la zancadilla al de la otra sigla, pero muy poco que ver con dar soluciones a los problemas de las que cada día entramos a por los garbanzos en una prisión.

Al otro lado de la mesa no están las cosas demasiado mejor, un Ministerio de Interior que nos da palmaditas como intentando hacernos el ilusionismo de que nos apoya, pero que nos reprime, nos deja que nos agredan y rebaja nuestras condiciones de vida de un modo vergonzante.

El no responder de ninguna manera a nuestras reivindicaciones, de no reunirse con nuestros representantes sitúa al Ministro Marlaska en una clara situación de falta de respeto por unas personas que defendemos el Estado de derecho, que trabajamos para reinsertar y lo hacemos cada día en peores condiciones. Si no hay respeto, no hay nada más, y en estos momentos nadie nos respeta y eso alimenta nuestra rabia y coraje.

Nuestros sindicatos nos hacen, en su última nota, una propuesta para seguir peleando, pero más que propuesta parece una ocurrencia, no se pueden hormonar nuestras reivindicaciones, no nos dicen cómo vamos a conseguir lo que pedimos, lo que necesitamos, lo que es justo.

Nos vamos de procesión por las sedes en Madrid de los mayores partidos, pero estamos fuera de cobertura de la realidad, o qué nos pasa, ya hemos estado con todos los grupos, todos los diputados, con todos los políticos, todos nos apoyan, todos se solidarizan y todos nos niegan el pan y la sal. Ahora lo haremos por registro, nos tomáis el pelo y pretendéis que os acompañemos.

La segunda ocurrencia, es aún mejor, huelga de siete días decís, como se nota que no os hacen descuentos en la nómina a vosotros y vuestras liberaciones, o que tenéis un desahogo económico fruto de tantos años de actividad de lucha. Las simples mortales tenemos quep agar hipotecas, los libros de los críos, la luz, el gas, esas cosas que hacen que nuestra nomina no sirva para mucho.

En esa presunta propuesta de huelga hay varias cuestiones que no me quedan demasiado claras, porque el personal de servicio diario tenemos que hacer más días de huelga que el resto del personal, ¿no tenemos la misma consideración que el personal de interior para los sindicatos convocantes?

Pero con todo lo más preocupante es ¿para que nos llevais a la huelga?, cuando ya todo el mundo dice que ya han dicho desde la Administración, desde el PSOE y desde los partidos políticos que no va haber ninguna subida porque no habrá presupuestos y porque no quieren que haya subidas de otros colectivos arrastrados tras prisiones

Y si saben que esta lucha va para más largo, porque quieren una huelga radical, no saben organizar otras medidas de fuerza que no nos hagan temblar nuestra paupérrima economía, yo tengo la sensación de que como son incapaces de analizar la realidad y nos han llevado a un callejón sin salida, y además quién manda en la plataforma es Acaip y su fracaso en la gestión del conflicto puede llevar a que fracase también su fusión con UGT y claro alguna lumbrera de medio pelo pensó que lo mejor es una huida hacia adelante, y salvar la fusión a costa de los euros de las trabajadoras, corriendo hacia el precipicio del extremismo mas absurdo.

Radicalizar la huelga, hacerla segun parece contra un grupo particular de trabajadores y no contra la Administración, es apostar y esperar a ver cómo se gestionan expedientes y las multas y con todo ese sarao de egoísmo sindical la gente habremos perdido los descuentos, las reivindicaciones y tendremos que ser “solidarios” con las sanciones que nos hacen perder todo eso por la incompetencia sindical.

Por el otro lado del mediocre mundo reivindicativo penitenciario está el nuevo sindicato de las camisas negras, que también saben que no hay nada para el personal de prisiones este año, pero que presionan a Acaip para que les haga su trabajo de radicalizar y tensar los centros y las plantillas en un conflicto para el que no tienen ninguna salida, pero que les vendrá muy bien para echar la responsabilidad la culpa a los sindicatos, desmontando Acaip y ocupando su espacio sindical con una
involución en prisiones de más de treinta años.

La radicalidad de un Ministerio sordo, más la radicalidad de unos sindicatos descabezados y sin liderazgo, más la radicalidad de los que quieren volver al pasado más negro nos llevan a la gente común que trabajamos cada día con entrega para que todo funcione mejor al abismo de la irracionalidad y la desesperación.

A pesar tanta mediocridad, incompetencia y mala fe, yo no dejaré solo a mis compañeras, que también son víctimas de la manipulación y grosera utilización, estaré con ellas, aunque tenga que pedir un crédito para pagar mis facturas o tal vez encuentre mis propias fórmulas para reivindicar sin que se suicide mi economía.

Gracias por despeñarnos con vuestra soberbia, incapacidad y pocas luces
Gracias por cogeros las horas sindicales durante la huelga
Gracias a los liberados que no hacen huelga y no pierden ni un euro
Gracias por vuestra hipocresía