Recientemente una parte de las organizaciones
sindicales que operan en el ámbito de Instituciones Penitenciarias se han
reunido con el Ministro del Interior, Grande-Marlaska, dentro de las reuniones
que desde el nuevo equipo Ministerial se están efectuando con las diferentes
organizaciones de todos los departamentos del Ministerio
Lo que era, y fue, un encuentro
de carácter protocolario y buenas formas (se echaban de menos ante las
ultramontanas de la anterior Administración) dentro de las relaciones laborales
ante un cambio de equipo de gestores, para ciertos sectores del colectivo
laboral penitenciario se aprovecho para presentarlo como un hito en el camino a conseguir las
reivindicaciones y por las que nos hemos movilizado y, otras por las que no nos hemos movilizado y que presentan como objetivos de máximos inexcusables
Es a actuación no es en absoluto
nada inocente o fruto del infantilismo y falta de contacto con la realidad de
las relaciones laborales que se puedan padecer entre nosotros, al contrario,
responde a una estrategia de extender la frustración y el desarraigo hacia lo
sindical entre las plantillas, se generan expectativas, emocionales, utópicas,
maximalistas, sin ningún criterio económico, político o técnico que obviamente
no van a tener la respuesta a les demanda generada artificialmente y permitirá otra
nueva campaña anti-sindical, anti-institucional y anti-sistema de un populismo
de extremistas de derecha.
De los que se conoce, mas allá
de la propaganda que cada organización sindical pone en sus comunicaciones, de
la reunión con el Ministro, hay bastantes claroscuros, como no podía esperarse de otro
modo.
Parece ser que tienen conciencia de
que sin personal penitenciario no puede haber servicio público en prisiones y
que tampoco puede haber cumplimiento del mandato Constitucional de la
reinserción, por lo que es de esperar un esfuerzo en ese campo del empleo público
(un sindicato se atrevió a poner una cifra, y evidencio su ridículo al subirla por encima la Administración el planteamiento), que seguramente no alcance, de
un primer impulso el déficit estructural existente (3400 plazas) y que esperemos
afronte con seriedad abordar la perspectiva de una salida masiva de personal en los próximos años
por la vía de jubilaciones.
En cuanto a la organización y la
estructura para llevar a cabo su proyecto de modelo penitenciario se muestran
claramente conservadores, pocos cambios y muy despacio, ajustes estéticos, como
el de la Inspección Penitenciaria cambiando su nombre, pero poco más. Realmente
frustrante cuando hay direcciones que además de reinos de Taifas, son
paradigmas de la negligencia y del más puro estilo de tiranía oriental en las relaciones
laborales.
En la cuestión que más nos ocupa
y preocupa a todas, la retributiva, el corsé está demasiado apretado por la
coyuntura, interna, externa y de relaciones interministeriales, eso sí buenas
palabras de reconocimiento y buena voluntad se manifestaron, pero claro
conceptos como mejora, son demasiado etéreos y volátiles como para configurar
un punto de optimismo racional. En ese sentido parece una buena iniciativa la de
la Plataforma de Acaip, CCO y UGT de pedir que el 24 se les haga una contrapropuesta
valorada económicamente a la que ellos han realizado. Toca esperar a conocer
los márgenes presupuestarios en esta materia, que obviamente estará condicionada
a los presupuestos de 2019, pero que es más que probable que no colme las
expectativas ni de unos, ni de los otros, pero fundamentalmente de nosotras.
Como no puede ser de otro modo en el marco legal de negociación colectiva sustentado sobre la interlocución entre
las partes sobre la base de la representatividad, el papel de las organizaciones
sindicales es esencial.
La mayoría sindical, articulada
en torno a la plataforma de CCOO, UGT y ACAIP han presentado una propuesta de
negociación bastante sólida, en principio por dar respuesta a demandas para
TODO EL COLECTIVO y por otra parte además de las líneas argumentales, por tener
un sostén técnico muy elaborado. En su contra constan el hecho de que significa
abordar un cambio conceptual del modelo retributivo en Instituciones Penitenciaras,
objetivando lo que es común, y señalando lo que es particular, es decir igualar
retributivamente cada categoría laboral, con independencia de la geografía donde
se desempeñe, además de ser una opción moral y sindical virtuosa, ayudaría a
eliminar ayudaría a eliminar la división del colectivo y a evitar que se articulen más
corporativismos internos artificialmente creando capas elitistas sin
funcionalidad real diferenciada. Donde
generara las reticencias de la administración es en abordar los elementos diferenciadores
de la actividad de esa categoría, lo primero por las dificultades de fijar los
mismos, País Vasco, carga de trabajo, peligrosidad, riesgos, aislamiento geográfico,
distancias, ectra. Siempre serán campos de batalla del sí o no, pero parece una
apuesta atrevida y digna de ser discutida sin ruido de fondo.
El otro actor con capacidad de intervención
en las mesas de negociación es Csif, esta organización mantiene una actuación sindical
con el objetivo electoral del próximo año muy marcado en lo que hace. Ello
explica que, tras incluir propuestas suyas en el acuerdo de la plataforma
sindical, se bajara en marcha para abrazarse a la equiparación con Cataluña,
luego con las autonomías y ahora con un referéndum.
Csif en IIPP es una organización que
se viene caracterizando por presionar para incluir sus postulados, para
posteriormente no firmar lo que ha construido con los demás, salvo su firma del
protocolo contra Agresiones, son escasas las firmas de Csif a algo en Instituciones
Penitenciarias.
Su propuesta de equiparación con Cataluña,
es tan legítima como cualquier otra, además es más simple de explicar, no hay
que documentar nada, simplemente manifestar que “yo quiero lo mismo que el de
la mesa de al lado”, pero siendo cierto eso, no es menos cierto que tiene dudas
algo más que razonables en su propuesta y a las que no puede responder con la ambigüedad
y tópicos de consignas vacías como lo viene haciendo.
Tiene que explicar con todo lujo
de detalles como afecta su propuesta a TODO EL PERSONAL DE PRISIONES, para que
cada cual nos conformemos nuestra opinión desde la realidad. Es decir, tiene
que decir con que personal de Cartaluña y como equipara al PERSONAL LABORAL, el
personal laboral parece que es algo que Csif está dispuesto a sacrificar en la
negociación. Lo mismo debe de hacer con el PERSONAL DE OFICINAS, e igualmente
con los SANITARIOS, son elementos que debe esclarecer y que no puede mantener
ocultos por estrategia electoral, porque todo este personal se merece el
respeto de saber la verdad.
Partiendo de la idea de que ambas
propuestas son igual de legítimas, es necesario que las dos no tienen igual
valor negociador, insistir de nuevo que nuestro modelo de relaciones laborales
se basa en criterios de representatividad de los agentes que negocian los
acuerdos. Esa y ninguna otra es la legalidad vigente.
Csif se pasó al bando de la minoría
cuando abandono voluntariamente el acuerdo del 11E, y tiene todo el derecho,
pero no puede confundir a las plantillas, con el intento de ocultar que está en
minoría con un pretendido referéndum vinculante entre las mismas, ese no es el
marco legal existente, ellos pueden consultar a sus afiliados, a las plantillas
para que opinen sobre lo que quieran, pero no pueden determinar la mesa de
negociación con ningún referéndum, pues la mesa de negociación se articula con
los criterios de la legalidad vigente, a los que son ajenos los referéndums para
determinar la negociación de una mesa. Así lo hizo Csif, cuando firmo el protocolo
de agresiones en la mesa de la Age, amparándose en contar con el apoyo de la mayoría
de la mesa.
La MAYORIA SINDICAL lo es en
función de la legalidad vigente, no en función de una proclama propagandística
electoral, porque la representatividad reconocida desde la ultimas elecciones sindicales
así lo dice y por ello es seguro que desde el Ministerio no se va a iniciar ningún
movimiento que altere esa legalidad, y negociara de buena fe con la mayoría de
la parte social y con su propuesta sobre la mesa, que es la que concita más
apoyos. Con la participación de quienes no la comparten dentro de esa parte
social, como no puede ser de otro modo.
Csif en su acelerón de campaña
electoral probablemente se haya pasado de frenada y abandonar la mayoría le aísla
a la hora de introducir propuestas, máxime con las políticas de hostigamiento y
confrontación con esa mayoría sindical, su acercamiento hacia sectores más
radicalizados y extremistas hace que dejen un hueco grande entre la centralidad
y racionalidad mayoritaria en el colectivo, que no entiende por ejemplo que después
de todo lo que ha pasado se pida el mantenimiento de directores y gestores de
la sgip como punto central de sus demandas, le acabara pasando factura, como
paso con el protocolo que protege a los mandos y no a los funcionarios.
Finalmente, de los datos que se
han ido desgranando, parece ser que el 24 no hay que esperar especiales
propuestas y que los tiempos de negociación que se manejan desde el Ministerio están
orientados a acotar los espacios de negociación con el pretexto del parón
vacacional y así poder forzar un punto de encuentro con poco tiempo para la
respuesta, a una propuesta que tratará de parapetarse detrás de una buena
oferta de empleo, pero que será manifiestamente insatisfactoria
retributivamente.
De confirmarse esa hipótesis, lo
razonable es que tanto la Mayoría Sindical como Csif avancen a las plantillas que
movilizaciones y respuestas van a dar, partimos de la idea que no hemos
abandonado nuestras demandas, que no tenemos agredidos, lesionados, detenidos
para una respuesta de mínimos.
Estaría bien tratar de abandonar
extremismos y tender puentes de encuentro entre los sindicatos, incluyendo, porque
no, a los que no tienen la representatividad para negociar, aunque sean de mínimos,
pero tampoco hay que dramatizar el asunto, hay una mayoría suficiente para
negociar y sobre eso hay que hacer la pedagogía, intensificar la participación
del colectivo y cohesionarnos para defender nuestras reivindicaciones.
Definitivamente cabe concluir que
los Magos de Oriente no llegaran el 24 de Julio a prisiones, la magia la
deberemos de poner el colectivo, con más presión, más rigor, y más cohesión reivindicativa
y de movilización.
Porque no avanzar, siempre es
retroceder, hay que dar pasos, aunque nos parezcan cortos