Han pasado ya las elecciones
sindicales que tanta propagada y postureo han generado entre el personal de las
Instituciones Penitenciarias y la situación del personal penitenciario lejos de
mejorar empeora y consiguientemente con ello la decadencia del servicio público
de prisiones, que es en definitiva el objeto de esta partida de tahúres.
Porque efectivamente el único actor
que tiene claro sus objetivos, y como alcanzarlos, es la Administración, que es
la única que da pasos firmes para alcanzar sus fines, que no son otros que los
de acabar o dejar en la absoluta marginalidad los actos de oposición a una política
penitenciaria politizada, partidista, y de deterioro continuo del sistema.
Para avanzar en sus objetivos personales
afianzándose y mejorando sus condiciones como gestores de lo público. Y, por
otra parte, de degradar para hacerlo vulnerable el sistema público.
Por la parte social, además de concluir
que las elecciones no trajeron nada nuevo al panorama del espacio de negociación
colectiva de prisiones, pues si bien es cierto que el sindicato Acaip tras su
ingreso en UGT ha perdido una gran parte de sus votantes donde ha confrontado con
el “nuevo” sindicalismo de TAMPM, no menos cierto es que estos votos no pasan más
allá del voto protesta y se quedan en la marginalidad al no alcanzar los niveles
de la representatividad legalmente necesarios.
Más allá de ésta escisión de
Acaip para tratar de refundarlo bajo otras siglas el panorama seguirá siendo el
mismo en esta legislatura por lo que se refiere a quienes van a negociar los
derechos y condiciones laborales del personal de prisiones.
Porque ahora sigue siendo el
tiempo de negociar las reivindicaciones del personal penitenciario, en un contexto
más difícil, suponiendo se materialice un Gobierno, en imposibles en caso de
volver a elecciones parlamentaria, y esa responsabilidad está en el tejado de
los representantes sindicales, que deberían empezar por una autocrítica sincera
y seria acerca de su parte de responsabilidad en la degradación que padecemos.
Negociar con la división confrontación
existente entre el personal, con una Administración sorda y ciegas y a las puertas
de un ciclo económico recesivo no parece tarea fácil. Pero ese es el reto y la
responsabilidad de quienes ha sido elegidos para hacerlo. Lo que es evidente
que de seguir tratando de engañar al personal a golpe de fotos con políticos que
no les interesa nada del sistema penitenciario, memes y demás fuegos de
artificio no traerán ningún derecho y probablemente abran a puerta a perder
otros. Con esa dinámica la frustración solo puede seguir aumentando como ya adelantábamos
en nuestro articulo https://ojocarcelario.blogspot.com/2019/03/las-reivindicaciones-de-prisiones.html
Tampoco va ayudar en nada, las
crisis existentes dentro de las organizaciones sindicales, al albur de sus
errores de bulto y falta de contacto con una realidad volátil. Y también porque
la exigencia y reivindicación de amplios sectores del colectivo se ha desplazado
desde la racionalidad y la necesidad hacia el voluntarismo y el infantilismo
Un elemento muy preocupante, y
que puede ser explicativo de porque las reivindicaciones en prisiones siempre
acaban diluidas entre palabrería tan altisonante como vacía, está en el hecho
de como quienes dicen representar al colectivo y lo colectivo, insinúan claramente
que también tienen sus propios intereses particulares cuando de reivindicaciones
y derechos se trata de hablar.
El interés por consolidar una opción
política en prisiones del sindicalismo cercano al PSOE explica la falta de
pulso, los bandazos y la perdida de contacto con una realidad laboral cambiante
de los máximos responsables de la mayor organización sindical, por ahora, en
prisiones.
O hechos como que en la
interlocución con la SGIP se centren las reivindicaciones en los grupos de
control que son de especifico interés de los interlocutores, en cursos de
seguridad sobre lo que ocurre lo mismo, o que la locuacidad irreverente que
paseaba con gran jolgorio de los medios la versión “cuore –gore” de la política
penitenciaria se transforme durante ese proceso en mando intermedio de la
Institución.
Son relevantes, porque podemos encontrarnos
con que nuestras reivindicaciones acaban siendo objeto de trueque y al final
resultara que todo el griterío y ruido no ocultaba nada más que algo tan
primario y egoísta como el sempiterno, “quítate tú que me pongo yo”
La Administración lo tiene claro,
dividirá y enfrentara cuanto pueda, recursos de todos no le faltan. Continuara
ofreciendo interlocución a quienes NUNCA van a ser interlocutores de
negociación, dará cobertura logística a cualquier expresión antisindical y
debilitara la negociación colectiva mediante bufandas teledirigidas, con
instrumentos de generar fidelidades con la retribución de las horas extra. Todo
lo que sea necesario para debilitar la negociación colectiva que detesta y boicotea
permanentemente, con la activa colaboración de algún sindicato que dice no ir a
las mesas hasta que “haya dinero”, pero que va las que les convienen particularmente
sin que haya ese dinero, todo un despropósito, dejación de deberes para con afiliados
y votantes, y más oxígeno para la administración.
Nada invita al optimismo, pero
tampoco podemos aleudar nuestras propias responsabilidades, a falta de participación
en las organizaciones as las que pertenecemos para controlar e incidir en su
actividad es responsabilidad nuestra como trabajadoras y trabajadores.
Hay que poner a trabajar nuestro
voto, haya donde lo hallamos depositado, es nuestra responsabilidad, si lo
hemos depositado fuera de a esa de negociación habrá que pedir respuestas a
esas organizaciones que no se van a sentar a negociar nada de cómo van a
conseguir las reivindicaciones. Si lo hemos depositado en la mesa de negociación
habrá que pedir responsabilidades para que negocien, defiendan las reivindicaciones
con las que se presentaron a las elecciones y mejores las condiciones laborales
de todo el colectivo penitenciario.
Definitivamente o nos movemos
como trabajadoras y trabajadores de prisiones, u otros nos moverán en la
dirección contraria a lo que necesitamos y merecemos.