El cangrejo negro también llamado
cangrejo zombi, tiene un aspecto intimidatorio por su parafernalia estética,
pero como todos los cangrejos camina de lado pareciendo que lo hace hacia
atrás. Su estrategia de supervivencia es la migración, pasa por todos los
hábitats tratando de travestirse en su
carrera desde la montaña hacia el mar primigenio donde regenerar la especie.
De igual modo en prisiones
padecemos desde hace algún tiempo estrategias muy parejas a la de éste cangrejo
negro, con sectores del personal se han agrupado tras una parafernalia y
liturgia poco identificativa con la de un servidor de lo público que presta sus
servicios a la ciudadanía en el marco del ordenamiento jurídico y la
Constitución.
Enarbolan las banderas de Tánatos
como emblema de un futuro negro para el personal penitenciario, y en verdad que
ponen empeño en que sea de ese modo lo que espera a las ya muy degradadas
condiciones laborales.
En primer lugar, como es natural
por su carácter minoritario, carecen de la representatividad legal para poder
negociar en los ámbitos establecidos, por lo que trabajan activamente para
saltar y suprimir lo marcos legítimos de la negociación colectiva, cuestión en
la que coinciden plenamente con las gestores de la Administración y con la gran
patronal que siempre luchan por saltarse la legalidad y suprimir o vaciar de
contenido la negociación colectiva.
Para conseguir ese objetivo
tratan de hacer creer a crédulos e ingenuos que la opción pasa por que el
Parlamento regule las condiciones laborales del personal penitenciario, suprimiendo
la negociación colectiva a golpe de foto y propaganda con los diferentes
partidos que los utilizan sin rubor para sus propios intereses partidarios.
La estrategia partidaria ya ha
demostrado que es un camino muerto, porque los partidos no han tomado ninguna
iniciativa real, mas allá de meras declaraciones a través de PNL sin el apoyo
suficiente parlamentario, como otro acto de su propaganda, pero sin ningún compromiso
presupuestario y peor aun, sin que existan las mayorías necesarias para
articular medidas en la dirección que garantice su aprobación.
Están olvidando en su huida hacia
adelante que el presupuesto es un todo equilibrio y no una suma de enmiendas,
que está condicionado no solo por mayorías que lo sustenten sino también por
las medidas que desde la UE dictan al mismo y que es inviable legalmente
eliminar la separación de poderes que pretenden quitando d enmedio al “Ejecutivo” del cumplimiento legal de la
negociación colectiva
Los hechos son tozudos y
manifiestan insistentemente que tras una retórica de radicalidad y altisonante
agresividad, se oculta una realidad
mucho más prosaica, la de un movimiento que sostiene en la práctica con sus
actos una forma de gestionar lo público desde la arrogancia y la degradación
paulatina de los servicios públicos.
Eso ya queda corroborado con el momento
del nacimiento de este movimiento, en una situación de fuerte confrontación con
la Administración, con movilizaciones de miles de penitenciarios sobre el
terreno y no virtuales, donde aparecen para enmendar la plana de todo lo
planteado, diciendo que “quieren más” y objetivamente debilitando el movimiento
sindical introduciendo división que trajeron bajo el brazo y todo ello donde
tras muchos años y grandes esfuerzo se había logrado unir al 99 % de la
representatividad sindical en una plataforma. Por lo tanto irrumpen para
dividir y hacer más fuerte a la Administración. Nuevamente, siempre casualmente
como anteriormente había sucedido, cuando la Administración esta arrinconada
surge algo ”puro y radical” que le da oxígeno para recomponer sus fuerzas.
La máxima expresión de su
política objetivamente pro Administración, no es solamente que traten de evitar
que se aplique la legalidad vigente con
el derecho a la negociación colectiva que la Administración Penitenciaria buca
eliminar, no solamente es que aparezcan con la bandera de la división. Lo más
importante es que su discurso solo se sostiene en términos antisindicales, no
son solamente un sindicato trasvertido de movimiento antisindical, es que sus
objetivos no son las ideas, ni las propuestas de los otros sindicatos, sino que
se centran en destruir al contrario, mediante una campaña sostenida, sobre
manera en las redes, de odio, mentiras, insultos y descalificaciones, donde lo
personal tiene una presencia central intentando intimidar a delegadas y
delegados que desarrollan su actividad sindical honestamente. La mejor
representación de esta situación es que permanentemente equiparan la
responsabilidad de los sindicatos, a la de la Administración, expresión
antisistema y de poco acerbo democrático
evidente.
Esta situación lo que ha
provocado que estemos en un momento de mayor debilidad que cuando empezaron las
movilizaciones, por la frustración que la división provoca, el nulo alcance de
objetivos y la sostenida degradación de las condiciones laborales de los
centros penitenciarios. Es decir la división nos hace más débiles y aleja
nuestros objetivos para que se cumplan las reivindicaciones que tenemos
pendientes
Han llegado para eliminar el
modelo de negociación colectiva señalado por la Constitución, les sobran, al
igual que a los gestores penitenciario los sindicatos, quieren sustituir un
modelo jurídicamente asentado por otro de relaciones laborales individualizadas
donde los tratos personales cuenten más que la representatividad colectiva.
Tal vez ello explique que el
movimiento del cangrejo negro este fracturado y confrontado en su gestión, en
ninguna organización seria se concebiría el abandono de más de tres cuartas
partes de una Ejecutiva y que esta siguiera operando como tal cosa, no han
realizado ninguna convocatoria de acción sindical en los centros ni
globalmente, más allá de alguna excursión
de afirmación colectiva. Es decir quienes llegaron para cambiarlo todo y
conseguirlo todo, no han conseguido nada, y las únicas mejoras, manifiestamente
insuficientes, subida salarial y de un nivel puestos básicos, zonas firmadas
por los sindicatos.
En menos de un año, evidencian
todos los defectos…y alguno mas de los defectos que decían que venia a superar,
por ejemplo no solo convocan por separado tres organizaciones del mundo negro
un acto de afirmación ante el Congreso de los Diputados sino que las redes se
llenan de sus enfrenamientos y luchas
por el poder interno, parece ser que el protagonismo mediático y los ingresos
de importantes sumas de dinero hacen aflorar lo egos e intereses particulares
de los que venían a regenerar lo que ya estaba regenerado en el mundo sindical.
En definitiva quien pensara que
por pedir, pedir y volver a pedir…, a golpe de fotos y de hacer la propagada a
diferentes diputados íbamos a cambiar las cosas en prisiones, es que tienen una
visión bastante simplona e infantilista
de cómo se cambian las cosas y como se ganan derechos. Los derechos se
conquistan con lucha y negociación y
para eso hay que tener mas fuerza que el que se sienta enfrente, cualquier niño
de cinco años lo entiende.
No han hecho nada nuevo, descubren las cosas que otros han hecho antes y las presentan como la idea original, pero lo cierto es que caminan de lado, mas bien hacia atrás sin ninguna estrategia y haciendo un copia y pega de lo que otros han elaborado y practicado.
Han sido incapaces de articular
esa lucha y por supuesto no tienen ninguna posibilidad de negociación, todo lo
centran en “visibilizar” el problema del personal penitenciario (como si quienes pueden abordarlo no lo tuvieran suficientemente claro), al margen de
la realidad social, laboral o política. Su incapacidad manifiesta se ha materializado
en no realizar ninguna acción contra las muchas medidas de la administración,
ni en los centros ni globalmente, a pesar de contar con una saneada caja, no
han recurrido formalmente ninguna de las actuaciones de la Administración. Han
sobrados actos de de postureo y narcisismo personalista que han acreditado
sobradamente la irrelevancia que este conglomerado negro representa `para mejorar
las condiciones laborales del personal penitenciario.
La estrategia del cangrejo negro
objetivamente nos lleva por un sendero de retroceso en las condiciones y
relaciones laborales y por una expresión de la cotidianidad hacia un modelo
penitenciario preconstitucional, que haría más degradante al servicio público
en las prisiones españolas.
Los actos de afirmación, no se
traducen en nuestras nóminas, y es urgente asumir responsabilidades y enfocar
la negociación, por el sendero del marco legal establecido. Y eso hoy es más urgente que ayer, con un escenario político convulso y con
una Europa insistentemente exigiendo recortes.