Hemos empezado el mes con la agradable sorpresa, de que la siempre soñada mejora retributiva para el personal penitenciario, veía la luz con el Acuerdo Marco para la Modernización de la Administración del Siglo XXI que firmaron UGT y CCOO con el Gobierno
No ocultare que reinaba en mi
interior la incredulidad y el desencanto de lo tantas veces anunciado, de
tantas cifras manoseadas, de fechas inconclusas y también de escuchar cada día
en mi puesto de trabajo que era otra milonga de los “sindicatos”
Hemos pasado de los que se
cuestionaban todo, de quienes abiertamente intentaban evitar mejoras, de las
palabras estridentes del a mí no me representan, y tantas otras expresiones denegación
y fracaso. Ha enarbolar la bandera de los agravios personales, del grito desgarrador
porque mi trozo de tarta es más pequeño que el trozo del que está en el otro
lado.
Así es nuestra naturaleza humana,
despreciamos lo que no tenemos y, nada hacemos para conseguirlo y avariciamos lo
que nos llega del trabajo que hemos denostado.
Pero no es tan mala esa situación,
es una buena señal, significa que lo que firmaron el primer día de marzo en la Comisión
de Seguimiento del Acuerdo Marco, nos conviene a todos y, todos queremos tener
la mayor parte de la tarta posible en ello.
Antes de entrar en lo que
significa el Acuerdo de Prisiones deberíamos dedicar unos instantes a reflexionar
sobre cómo se consiguen las mejoras laborales, porque existe una creencia
generalizada, que es como si estuviéramos en un supermercado, recorriendo el
lineal y poniendo en nuestra cesta sindical lo que se nos apetece, para salir
sin más. Nada más lejos de la realidad.
Negociar mejoras laborales exige
en primer lugar que las peticiones estén sustentadas objetivamente. Deben además
de venir acompañada por un respaldo fuerte y decidido de los funcionarios. Además,
debe de hacerse cuando las posibilidades políticas, económicas y sociales lo acompaña.
Y siempre, es necesario que la contraparte, en este caso la Administración, también
gane con la negociación.
Y los resultados parecen indicar
que todo eso se ha hecho razonablemente bien, porque a pesar de ser un parto
extremadamente largo, todos queremos lo que se ha conseguido, incluso estiran
la mano quienes no cesan de desacreditarlo y vaciarlo de valor.
La presión y la negociación van
de la mano siempre, pero hay que saber combinarla en la dosis precisa para no embarrancar
los objetivos
Conseguir un acuerdo económico a mayores
del acuerdo económico retributivo para todo el personal público de las Administraciones,
es un logro impresionante y así hay que reconocerlo.
Porque no solo somos un colectivo
excepcional en ese tratamiento entre el personal público, es que además se
produce en las condiciones más hostiles posibles: Una crisis especulativa
disparada que lleva la inflación a niveles insostenibles. Una guerra en Europa que
condiciona política y económicamente cualquier decisión de Gobierno. Una división
parlamentaria donde las políticas de Estado para el mundo penitenciario han
desaparecido para dejar paso a la burda instrumentalización de las demandas del
personal de prisiones para utilizarlo como arma arrojadiza contra el otro, pero
sin resolver ninguno de sus problemas.
El acuerdo además de la
virtualidad del momento en el que se ha conseguido. Tiene otro elemento a
destacar, es un acuerdo para TODO EL PERSONAL, todas conocemos que existen
muchas cuestiones de colectivos sin resolver, pero pretender que lo particular
se resuelva con el esfuerzo colectivo es excesivamente utópico. El acuerdo es una
mejora retributiva importante para todo el colectivo penitenciario, lo que
evidentemente debería ser un motivo de satisfacción
El Acuerdo es sin lugar a dudas histórico,
nunca se ha obtenido un incremente extraordinario general de esta dimensión
para el personal penitenciario.
Y se ha cerrado con una
interlocución plural, dónde Hacienda, Interior, SGIP y Función Pública eran la
parte de la Administración, pero donde no necesariamente había los mismos
intereses ni muchos menos las mismas perspectivas para cerrar un Acuerdo. Y el
papel de la SGIP está más que en entredicho a la vista de las dificultades de
falta de información o el fleco de la Entidad que aún no se ha cerrado y que
deseo se haga lo más pronto posible por lo que me va en ello.
Ha sido un acierto sindical
centrar la reivindicación en Función Pública, ahí se fracasó en el 2018 y ahí se
acertó en el 2023, porque tratar de eludir a los responsables competenciales de
la situación de los empleados públicos puede ser un costoso error de cálculo.
La Administración, en general, ha
acertado cerrando este acuerdo, porque tiene la autoridad moral para
planificar la modernización penitenciaria en el marco del mandamiento legal
vigente.
En los “sindicatos” en general, pues
tenemos de todo. No puede decirse lo mismo de los firmantes que de los nos
firmantes
UGT_Acaip y CCOO ha recorrido el
camino de la negociación y con ello el desgaste de la crítica permanente, negociación
que me imagino compleja y difícil por los interlocutores y la diversidad que había
que afrontar. El éxito es haberla culminado, contra las ingentes fuerzas de
toda índole que buscaban evitar que prisiones tuvieses este reconocimiento.
Se puede criticar la “redondez” y
los flecos del Acuerdo, pero no tengo la menor duda que pasaran muchos años
antes de una mejora como esta, que nos sitúa de nueve categorías a tres de
centros con subidas significativas para todas las áreas y, en el caso de
algunos centros dan salto cualitativo y cuantitativo muy generoso, como puede ser
el caso de Ceuta, Cáceres o Lanzarote.
En el caso de CSIF, ha sido
inteligente y a pesar de un retorica contra todo, en la práctica con su pragmatismo
se ha adherido al Acuerdo marco para un Administración del siglo XXI, que es
donde se ha negociado el Acuerdo, y acabando ratificando el Acuerdo de CCOO y
ACAIP en la Mesa de la AGE.
Del resto poco que decir, ruido, más
ruido, y siempre ruido. Nunca hay ninguna opción para que el personal mejore,
son un “agit prop” de la oposición partidaria, instalados en la negación por la
negación, luchando contra las mejoras que nos benefician a todas.
Por eso no entiendo porque
critican las mejoras, quienes raudos se han apresurado a decir que las van a
coger, y, menos aún, que se manifiesten contra los sindicatos firmantes de nuestras
mejoras el día 21 en Madrid. Algo no va bien cuando el enemigo es tu compañero,
se lo deberían de mirar TAMP y APFP
Y de todos los grupos y grupúsculos
corporativos de categorías laborales, alimentados por el Sr Ortiz, una vez más
se demuestra su absoluta inutilidad como lobby de presión, pues no existen para
el marco jurídico de la negociación y su condicionamiento queda diluido cuando
prevalece el interés general
Los números se los dejo a los
firmantes y a Hacienda, que sin duda los manejan mucho mejor que yo. Pero no
quiero acabar mi reflexión, sin mostrar un gesto mínimo como trabajadora de
prisiones. Quiero dar las Gracias a CCOO y a ACAIP por el gran acuerdo que han negociado,
y agradecerlo especialmente a Jose Ramón y Silvia que estoy segura no habrán
pasado buenos momentos. También quiero agradecer a CSIF su responsabilidad sumándose
al acuerdo, decisión en la que Jorge seguro ha tenido mucho que decir.
PD. No os olvidéis de lo mío,
arreglar lo de la Entidad, que el Sr. Tascón asuma responsabilidades