Confusa entre las emanaciones de mi té matutino apenas alcanzo para que mis mandíbulas se cierren sobre la crujiente rebanada de miel y mantequilla. Es cierto que vivimos tiempos de mudanzas, ideológicas, políticas, sociales, y porque no, dé compañía vital. Pero el desparpajo y la desfachatez, con el que los poderosos se mean sobre nuestras neuronas mientras saquean nuestras carteras, y las de nuestros descendientes de varias generaciones más, no tiene parangón en los últimos decenios.
Mi incredulidad se ha desbordado, la tostada se me indigesta y queda mordisqueada en el plato, mientras el periódico me recuerda en un enorme titular que el recientemente electo gobierno portugués ha decidido dar una nueva vuelta de tuerca a sus ciudadanos suprimiendo las pagas extraordinarias a pensionistas y funcionarios. Todo ello con el fin de hacer frente a sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de recorte del déficit, el déficit que se sustenta sobre la manipulación especulativa del coste del crédito y la recapitalización de los bancos que con sus políticas financieras de casino han provocado la situación.
Los “mercados” están orgásmicos en una sangría sin fin de la ciudadanía, es una orgia espasmódica, donde cada día golpean al débil para congraciarse con los anónimos (¿?) y poderosos “mercados”, el triunfo de neoliberalismo a escala mundial, la falta de contrapesos en la escena política global y el aburguesamiento e indolencia de las clases populares de los llamados países desarrollados, consiguen una intensidad en la agresión directamente proporcional a la indolencia y resignación de las víctimas.
Las clases pudientes, (ahora ya sin disfraz se visualizan las clases y sus intereses contrapuestos) siempre hicieron una selección natural en sus familias, los hijos “listos” se harían carrera en nobles profesiones, como la judicatura, las empresas, los despachos de abogados, médicos de renombre, ectra. Para los hijos “tontos” reservaban la “cosa pública” como único modo de garantizarles su sustento en las más variables condiciones.
Y esos son los que bajo diferentes banderas partidarias y colores ideológicos mangonean la política europea en una única dirección, servir a su amo y ser prepotente y depravado contra los ciudadanos. En España siempre con su revolución de modernidad pendiente, el paisaje y paisanaje político de esta casta es mas cateto y caciquil si cabe. Son conocidos los numerosos episodios de corruptela por toda la piel de toro, no hay sigla que se salve, y no lo hay porque es un gen el que les impulsa a tratar de pervivir sus privilegios de casta, no representan ciudadanos, no representan partidos, solo se representan a ellos, a su casta de hijos tontos.
Eso explica como seguirá cualquier gobierno del establishment con la misma política que les ordenan sus amos, los mercados (capital financiero) y que no es y no será otra, que amedrentar a los ciudadanos, desacreditar socialmente cualquier organización que se oponga a sus políticas, recortar derechos sociales y cívicos, quebrar financieramente los servicios públicos, privatizar servicios públicos. Hacer caja con el Estado y hacer que la mayoría de la población, los asalariados paguen su orgia de desvergüenza, su egoísmo y su locura especulativa.
Viendo los personajes que mecen la cuna, ya conocemos el futuro de la criatura, tenemos a unos se ven con empresarios en gasolineras para hablar de negocios, otros no acaban de tomar posesión y nombran a primos, hermanas, hermanos, tíos, cuñados y demás familia para que cobren de las mismas cuentas publicas que reducen para servicios sociales.
No puede caber sorpresa que ese clima domine también la gestión del medio penitenciario, saltándose la ley e ignorando lo que significa la obligación de negociar de buena fé y cumplir lo acordado, comprando lujosas bicicletas para excursiones mientras no se paga la luz en la prisión, nombrando a gentes próximas a puestos que no existen, haciendo concursos teledirigidos para quienes se nombran previamente a dedo consoliden la plaza, viajes a Estrasburgo de presos cuando se cierran líneas de autobuses para que el personal pueda acudir a trabajar, contratos como el de los uniformes con presupuesto pero sin prendas entregadas, recepción de obras que no funcionan…Todo ello, y más, mucho más.
Mientras no hay plantilla de personal penitenciario en los centros, mientras inversiones faraónicas no cubren las expectativas por falta de recursos, mientras los CIS se convierten en centro de segundo grado con libertad para salir a la calle, mientras continúan declarándose incapacidad permanente de personal porque no existe prevención laboral, mientras…
La casta se sumerge en el fango de la vulgaridad de matón tabernario que golpea y roba al niño que le reclama que le deje pasar en su camino hacia el futuro, mientras babea con el lomo inclinado tras la zanahoria del dólar.
No podemos resignarnos, no podemos ver normal la degradación y la anormalidad, no podemos evitar el tomar partido por nuestros intereses, tener que resistir, defendernos de tanta vulgaridad y de tanto saqueo, de lo contrario seguirá meándonos sobre nuestras neuronas, y además pedirán que les demos las gracias por salvarnos.
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