Empezamos este año las gentes que
laboramos en las prisiones con elevadas dosis de serotonina corriendo por
nuestras venas, las viejas confrontaciones
de familia entre CSIF y ACAIP, quedaban suspendidas temporalmente para
abrir una ventana con la que regar sindicalmente los agrietados y secos campos
laborales penitenciarios.
La mediación de UGT y CCOO logro el fruto de sentarse a la mesa los
cuatro juntos, mirarse a los ojos y acordar un programa de mínimos para pelear
por mejoras para todo el personal de las prisiones, acabar con la brecha salarial dentro la SGIP, habilitación como Técnico
Superior del Grupo B al personal del C1 y una subida de niveles
Era de mínimos porque ampliar las
demandas, además de reducir las ya menguadas fuerzas movilizadoras de las
plantillas sin duda haría saltar el inestable equilibrio logrado, aun así se echó
en falta alguna autocritica de quienes
avalaron el pernicioso “protocolo contra agresiones” o alguna mención a
pelear que al menos las tres mil doscientas plazas vacantes presupuestas se
cubran para salvar el servicio público
de prisiones, sin olvidar, entre otras reivindicaciones más, la
formación tan indispensable en tiempos de masters exprés.
Aun con esa escuálida geografía
reivindicativa se pario el acuerdo de 11
de Enero, que a muchas de nosotras nos llenó de esperanza e ilusión tras
tantos años guardando silencio, calladas ante tanto atropello en los centros.
La esperanza que algo se podía mover para remover ese estado antinatural del
mundo del trabajo en las prisiones, una ya no tiene edad para la candidez y
sabe diferenciar entre la propaganda de lo virtual y lo posible de la realidad,
pero movilizarse, defender derechos y recuperar espacios de dignidad laboral ya
me parece un avance, que si se logra aderezar con mejoras laborales condimenta
mejor.
La realidad siempre ávida de devorar
los sueños de la esperanza y la ilusión, no tuvo reparo en acabar demasiado
pronto con los míos.
CSIF antes de la primera actuación potente acordada, la
manifestación estatal el 24 de febrero en Madrid; rompe lo que firmó y presenta su propia campaña, en línea con lo
defendido desde Moncloa de culpar el Constitucional Estado de las Autonomías de
los males laborales, la equiparación con
Cataluña.
Esta actuación evidencia, en primer
lugar, un burdo intento de debilitar la
manifestación programada, y en segundo lugar ir sembrando la división y la confrontación dentro de las plantillas con el fin de abonar su
pasividad ante futuras respuestas para exigir la negociación de las
reivindicaciones acordadas.
La manifestación del 24 de Febrero convocada por ACAIP, CCOO y UGT
permitiendo a CSIF encabezarla, en otro intento de restablecer el acuerdo
firmado, es un punto histórico en los procesos de movilización realizados en Instituciones Penitenciarias,
con el mayor nivel de participación.
A pesar de que las reivindicaciones
se expresaron masivamente por las calles de Madrid en defensa del acuerdo del
11 de Enero con la presencia de todos sus firmantes, la estrategia de la
división se profundizo en las fechas siguientes a la misma.
Se da la paradoja de quienes dicen
defender mayor contundencia en las actuaciones reivindicativas, desaparecen
cuando estos actos se materializan, como sucedió en el Dueso y en Alhaurín, donde los paros del personal no contaron con la
presencia ni de CSIF, ni de APFP, y tampoco la asociación FPU
La estrategia de la división y de
debilitamiento del colectivo penitenciario se manifiesta en toda su crudeza en la reunión del 3 de
Abril con el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, donde se
materializa formalmente la toma de posición de la Administración respecto a
nuestras demandas.
En esa reunión, por un lado CSIF veta la presencia de ACAIP en cualquier
tipo de reunión para negociar las reivindicaciones y al mismo tiempo el Sr.
Yuste hace una encendida defensa de la propuesta de equiparación con Cataluña
presentada por CSIF. La alianza CSIF con la Administración quedaba sellada.
Establecidos los hilos que mecerán
la cuna del paciente personal penitenciario, no queda más remedio que continuar
con la simulación, en tiempo real y en diferido, los sectores sindicales
controlados por CSIF y el Sr. Yuste realizan una sesión literaria en los
locales sindicales de algunos centros penitenciarios, para permitirles tener
noticias que aparenten su presunta movilización.
El pasado 11 de Abril más de 200 delegadas y delegados se encadenaron
durante 12 horas ante la Secretaria General
de Instituciones para exigir el inicio de negociaciones reales sobre lo
acordado unitariamente el 11 de Enero. Solo participan UGT, ACAIP y CCOO.
Para contrarrestar los actos reales
de movilización, CSIF continua con su movilización real, que permita crear
ruido y mucho humo para confundir las plantillas y tapar su dependencia de las órdenes
de Yuste en este proceso.
Se inventan referéndum, asambleas
minoritarias y todo tipo de zancadillas que impidan continuar el proceso de
movilización.
En todas ellas queda en evidencia que
su disposición y compromiso con las demandas del colectivo penitenciario son
nulas. Lo único que aciertan a sacar de todo estos procesos de recogida de
firmas, reuniones y demás, es exigir a los demás que hagan algo, que ellos no
parecen querer hacer.
Lo razonable es que si se tiene un proyecto diferente, si se tiene razón,
hagan algo en el mundo de lo real, una huelga por ejemplo, donde
expliquen porque dejan sin equiparar a colectivos amplios de penitenciarios,
como el personal laboral, los panfletos ya no cuentan porque salen de las
fotocopiadoras de la Administración, evidentemente no harán nada que les
comprometan sus compromisos con la Administración a la que dicen exigir.
En estos momentos solo hay un ganador, es el Sr. Yuste y su
Administración que tiene al colectivo penitenciario donde quería, apático,
dividido y sin una capacidad efectiva de respuesta. De
producirse algún tipo de negociación, probablemente tengan interés en ello, será
para dejar caer algunas migajas a cambio de modificaciones sustanciales en
funciones, por ejemplo en la segunda actividad, los grupos de intervención y
otras cosas de interés de la Administración.
El bloque controlado por CSIF no parece tener muchas expectativas de
futuro, nos hay una unión en torno a un proyecto estratégico real,
es una unión contra los demás y a favor del Gobierno, donde previsiblemente la
peor parte se la llevara APFP que se
quedara colgado de la brocha cuando CSIF abandone la reivindicación de la
equiparación con Cataluña.
En el otro lado, el que lidera ACAIP con CCOO y UGT, se atisba demasiada prudencia, hasta temor nos
atreveríamos a decir, no parece tener muy claro que las plantillas apoyen con
decisión medidas de movilización más intensas, esta situación conlleva
que pierdan espacio comunicativo, y que se disperse la estrategia entre los
diferentes centros, con ocurrencias de lo más variopintas y donde hay
posibilidad de que alguien acabe metiendo la pata.
Sería de agradecer más claridad en cuanto al objetivo de la negociación,
como, con quien, cuando dentro del marco legal actual, son cuestiones que las
plantillas tenemos derecho a conocer. Estaría bien también más pedagogía y más
escuchar a lo que se demanda desde la buena fe de muchas trabajadoras y
trabajadores. Y más útil aun contar con un proceso de movilización mejor
estructurado, con mayor continuidad y definid en el tiempo.
Cuando alguna pedimos explicaciones,
lo hacemos no para atacar esta u otra sigla, sino porque queremos algo más que
propaganda, nos los merecemos, nuestras condiciones de vida nos van en ello, no
tenemos una alienación tan intensa como puedan pensar quienes ignoran nuestras
demandas y nuestras necesidades
La sensación que nos llega a las humildes trabajadoras de a pie es que se
fía todo a la labor institucional, sobre todo parlamentaria. La evidencia
demuestra sobradamente que n hay aritmética para ese tipo de situación, con lo que
poner todos los huevos en esta cesta no parece del todo prudente.
Obviamente no quiero creer, como hay
quien señala, que solamente somos peones de otra suerte de juego, el político de
los partidos y que rehenes de esa situación se nos usara y tirara cuando
corresponda a dichos intereses.
A la vista del teatrillo sindical
que padecemos en Instituciones Penitenciarias, todo parece indicar que las
estrategias y las decisiones se toman en sesiones de güija donde nuestros
iniciados representantes viajan al más allá para encontrar claridad para sus
decisiones, pero se van tan al más allá que solo traen oscuridad y sombras.
Para mi sin consultar con el mas allá, solamente con el sentido común de
quien tiene que hacer equilibrios con su presupuesto para que a mis hijos no
les falte nada de sus necesidades básicas, puedo afirmar sin riesgo a equivoco
que no hay ni vía catalana, ni vía alavesa, a lo más si se recupera un poco de
seriedad y rigor puede haber mejoras que habrá que valorar a cambio de que las
da la Administración
Pues eso, que si no nos espabilamos,
y dejamos el teatrillo para volver a la vida real, nos roban los sueños otro año más.
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