El año empezó con el cambio de normativa y todos los funcionarios de nuevo ingreso en Instituciones Penitenciarias ya no ingresan en clases pasivas aunque si se les respeta el mutualismo a efectos asistenciales sanitarios.
La reforma de la seguridad social ha traído nuevamente el viejo debate de qué hacer con las clases pasivas, los sectores económicos y políticos dirigentes abogan por su equiparación lisa y llanamente con el régimen general. Bueno, ni tan lisa ni tan llanamente.
Lo que realmente dicen es que las clases pasivas son un privilegio arcaico que no tiene razón de ser en una sociedad moderna y competitiva como la española, no toca aquí hablar de modernidad, ni de competitividad, pero si podemos darle un vistazo a los “privilegios”
Es cierto que tenemos el privilegio de que ser unos trabajadores que no cotizamos por todos nuestros ingresos, se nos impide por dos razones, porque así se crea la ilusión de que tenemos unas retribuciones más elevadas. La segunda razón es que nuestro empresario, la Administración, que no olvidemos es la que promueve la legislación, predica más que da trigo, y es muy mala pagadora, lo que exige a los ciudadanos lo trata de eludir sobre ella y no quiere cotizar sus cuotas patronales por todos los ingresos como el resto de las empresas. Para eso se ha inventado las bases reguladoras por grupos, la fijan en presupuestos generales, son unilaterales y claramente perjudiciales para colectivos como el nuestro, que por sus condiciones laborales tiene una retribución bruta superior a la media.
También contamos con el privilegio de que cuando más gastos tendremos en farmacia, es decir de viejos, aunque nos hayamos jubilado continuaremos pagando el 30% que restara una parte sustancial a nuestra mermada pensión regulada.
Es decir tenemos el privilegio de trabajar en peores condiciones, que no se nos reconozca ese trabajado en nuestra cotizaciones sociales, que nuestra salud se deteriore más por esas condiciones y que encima debamos de hacer copago para los crecientes y costosos gastos farmacéuticos en el momento de menores ingresos de nuestras vidas.
Pero hay más, dicen de privilegios, pretenden eliminar clases pasivas, …pero no para todos, los hay "especiales" que no parecen tener esos mismos privilegios, a magistrados, fuerzas seguridad y ejercito, no se atreven a tocarles las clases pasivas y se quedan fuera del recorte que proponen.
Frente a las reformas, el silencio en el colectivo es de los que corta el aire, nadie habla de nuestros derechos y de lo que representaría unos cambios en clases pasivas donde solo se ponga en la balanza recortes como ahora mismo parece que es la situación.
Es cierto, los únicos que tienen interlocución y capacidad de negociación en el marco del pacto de Toledo son CC.OO. y UGT. Pero los demás, si pueden movilizarse, movilizarnos, crear conciencia de lo que esto representa, organizarse, organizarnos y con los de UGT y CC.OO. que también los hay en prisiones, hacer ver lo que representa para prisiones la modificación de las clases pasivas.
Deberían explicar tanta pasividad, frente a la reforma (recorte) (eliminación) de clases pasivas, los únicos que parecen quedarse pasivos son los sindicalistas, claro que a ellos igual no les afecta mucho lo de estar en un patio con 67 años.
Si nosotros no presionamos, también a nuestros representantes para que se espabilen y se pongan a trabajar en este (y otros) asuntos el provenir de venerables ancianos en galeras será inevitable y que no cuenten el cuento de la jubilación anticipada, ya les han dicho varias veces que de eso nada, que no jueguen con nuestras necesidades y con nuestros sentimientos.
Dejémoslo claro.
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