jueves, 22 de marzo de 2012

PERSONAL LABORAL, LOS NUEVOS PARIAS DE PRISIONES

La carrera emprendida por los diferentes Gobiernos europeos y por los de diferentes colores en España por conseguir el record de destruir más empleo y quitar más derechos a los trabajadores ha tenido un nuevo hito con la reciente Reforma Laboral del Gobierno del Sr. Rajoy, el mismo que para pescar votos que decía no iba a subir impuestos, no iba a tocar el despido y mantendrá el nivel adquisitivo de las pensiones todo ello convertido en una gran mentira por  obra y gracia del BOE.
La Reforma Laboral, hace la número 52 de las reformas aprobadas por distintos gobiernos desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores, todas ellas en la misma dirección cercenar derechos conseguidos en las luchas de los trabajadores por la democracia y los derechos sociales, y asimismo todas con las mismas consecuencias, un mercado laboral cada vez más precario, menos productivo y con cifras de paro estructural del doble de la media europea.
El argumento central de toda reforma laboral, léase merma de derechos laborales, es la lucha contra el paro, desde el poder, es decir desde donde los que combaten su paro yéndose a los consejos de administración, de las empresas que protegieron, cuando pierden las elecciones, siempre ponen mediáticamente a los que tienen trabajo frente a los que no, y como son de insensibles los que tienen el privilegio de trabajar y que no están dispuestos a perder derechos y retribuciones  para que los otros tengan trabajo. Esta maquiavélica posición consigue dormitar y justificar las mentes dormidas socialmente y señalan al trabajador como el causante del paro, la corrupción y los enormes beneficios financieros de la especulación.
Si además de trabajador, se es trabajador público, o funcionario entendido éste en términos acusatorios y peyorativos, estamos ante un criminal social al que hay que poner coto en su egoísmo que pretende pervivir en sus privilegio de seguir siendo trabajador y además insultar a la sociedad pretendiendo tener un trabajo estable. Ya está servida, la cacería del “funcionario” está justificada  socialmente y cualquiera puede insultar la profesionalidad y el quehacer de esa relación laboral, podríamos pedir perdón por haber superado unas oposiciones a quienes no lo lograron, disculparnos por prestar servicios sociales a los que se quedan despojado de todo y acumulan desesperanza, incluso salvar alguna vida  de algún deslenguado integrista contra los servicio públicos. Pero eso sí, lo que no debemos de estar dispuestos es a pedir perdón, ni humillarnos frente a quienes tratan de hacernos responsables de la crisis, de todos aquellos que bailan la música de los flautista de Hamelin que tocan la marcha fúnebre de los derechos sociales. Porque los verdaderos responsables de esta crisis, de toda la miseria que se expande por Europa, son los que escriben las letras, ponen la música y alimentan desde sus medios la brutal campaña contra los servicios públicos y sus servidores.
Atacar a los empleados públicos y hacerlos responsables de la crisis en necesario para crear la justificación de que los servicios públicos son caros, ineficaces e innecesarios y todo esto lo hacen para ganar dinero con los servicios públicos, cobrarnos por la salud, la educación la dependencia es su objetivo central. Pero también lo hacen porque somos molestos porque cada partido le gustaría poder despedir a los funcionarios y poner a los “suyos” como antaño, porque somos molestos frente a las corruptelas, el nepotismo, los tratos de favor, el clientelismo y el saqueo de las arcas públicas. Todo esto se hace mejor si empleados públicos y sin servicios públicos, o al menos que sean sin empelados públicos y con servicios públicos privatizados.
Por estas razones y no por que quieran acabar con el paro, que ya han tenido la desvergüenza de decir que aumentara con la Reforma Laboral ha aplicado la reforma laboral a las administraciones públicas y en particular al personal laboral de las mismas, quieren eliminar este personal y el que se deban de quedar con el tenerlo sin derechos y con sueldos de miseria (de más miseria aún), por eso el personal laboral de prisiones puede ser despedido procedentemente si falta nueve días alternos por bajas justificadas, por eso les pueden cambiar a capricho el horario, las retribuciones, las funciones y el centro de trabajo. Y si todo esto no es suficiente puede ser despedido sin más contemplaciones con 20 días por año trabajo.
Toda esta panoplia de desafueros hará que el endémico caciquismo reinante en el interior de los centros penitenciarios españoles se incremente exponencialmente, las vejaciones, humillaciones y acoso subirán de un modo brutal, con trabajadores y trabajadoras cada vez más destruidos profesional y humanamente, con menos derechos, convertidos en parias al albur de excéntricos gestores.
Hay quien para aminorar la cobardía de mirar hacia otro lado trata de justificar que están bien estas medidas que así se acaba con el enchufismo, olvidando que estos trabajadores accedieron a su plaza por oposición en condiciones de igualdad, merito y capacidad y que las condiciones de ese acceso han sido brutalmente violadas por la reforma laboral. También se dan los casos de otros empelados públicos, los funcionarios pata negra, que en el mejor de los casos con displicencia y en otros muchos con la ignorancia de la arrogancia dicen que la cosas no va con ellos, que mientras lo suyo este amarradito que todo está bien, no acompañan demasiado las luces ni la inteligencia a quienes se justifican tan pobremente, basta asomar su mirada mas allá de sus narices y comprobaran como hay movilidades geográficas y funcionales, recortes y queda aún pendiente el desarrollo del EBEP en la AGE que traerá nuevos males a los funcionarios “pata negra” de prisiones, entonces tendrán que comer con sus consignas partidistas y serán más pobres pero estarán felices de que sean los suyos quienes les hagan más pobres.