lunes, 25 de marzo de 2019

LAS REIVINDICACIONES DE PRISIONES, PERDIDAS ENTRE LA PROPAGANDA Y EL OLVIDO


La legislatura expira entre los estertores de los decretos ley de un Gobierno que ha desembarcado en una campaña electoral dispuesto a renovar el alquiler de Moncloa, o al menos garantizar un largo periodo de “provisionalidad”.

El personal de las prisiones, llevamos mucho tiempo ilusionados y peleando porque la degradación de nuestro medio laboral finalice y se habilite un espacio de reconocimiento a un sistema público y unos profesionales que suplen con creces, gracias a su ilusión, profesionalidad y entrega, la mediocridad, negligencia, incompetencia  e incluso el narcisismo de los diferentes gestores que por secular maldición nos tocan Gobierno tras Gobierno.

El grado de implicación del personal penitenciario en todo el proceso reivindicativo ha sido exquisito, sobre todo si atendemos a que éste se ha venido produciendo en un clima de división y confrontación entre una sopa de siglas que nos apabullan con una retórica tan vacía como estridente. Y que eso haya sido así, conociendo la fuerte tendencia al feroz individualismo que tenemos quienes trabajamos en las prisiones, y al siempre presente corporativismo de nuestro espacio laboral personal frente a otros espacio laborales de los que entre todos sostennos el servicio público de prisiones, es especialmente significativo, meritorio y muy digno de destacarse.

El torrente e ilusión, los deseos de mejorar, de recuperar el respeto y la dignidad de lo que hacemos por parte de quienes nos escudriñan era, es, una necesidad vital que exige una urgente retribución.
Mientras las trabajadoras y trabajadores penitenciarios, mayoritariamente dábamos muestras de responsabilidad, serenidad y buen criterio en nuestro compromiso para reivindicar y reivindicarnos.

Nuestra sopa juliana de letras sindicales, asindicales, contra-sindicales, apóstatas del sindicalismo, renegados del derecho, cómplices del arribismo y demás pelaje iluminado que al albur de las redes, nos bombardean, con una catarata de descalificaciones, insultos entre ellos  e implícitamente a nosotras, eso sí, sin que encuentren oportunidad y sean  capaces de decirnos como vamos a conseguir nuestras reivindicaciones.

La actividad reivindicativa sostenida en  memes, posados y actos de propaganda con los diferentes políticos están adquiriendo unas dimensiones escatológicas, cuestionan el nivel intelectual de quien los protagonizan y demuestra la incapacidad para entender la realidad y presentar una alternativa rigurosa desde prisiones.

Los políticos, de todos los colores, conocen sobradamente la problemática y las demandas de prisiones, y lo único cierto es que más allá de declaraciones de propaganda política no han tomado ninguna decisión para satisfacer ninguna de las demandas que tenemos y que todos afirman compartir, nos utilizan sin decoro y ni vergüenza para sus propios fines.

Por ejemplo y en esa dirección del postureo político, el sindicato anti-sindical (curiosa paradoja que es perfecta metáfora para saber hasta dónde estamos cayendo en prisiones) de “tu abandono” ha efectuado un despliegue de viajes, encuentros, visitas y fotos masivo durante estos últimos meses, que seguro habrá tenido costes significativos en lo personal y en lo económico, pero que a la hora de materializarse en algo concreto, solo se queda en promesas y en soflamas para contentar y atraer a la ingenuidad y banalidad reinante

Nos prometieron que el Congreso nos daría una gran alegría para nuestras reivindicaciones el 22 de enero, nos llamaron a manifestarnos, fuimos y ya que todos los grupos se habían comprometido para mediante enmiendas al Proyecto de Ley del RD de retribuciones de la Función Pública, se aprobaría la “equiparación con Cataluña” y todas nuestras demandas…Y llego el 22 y no pasó nada y tu abandonó, abandono las promesas y los compromisos que nos hizo a los funcionarios de prisiones. Se instalaron en el “dame algo” frente a la equiparación con Cataluña”, en el “ahora ya no puede ser”, pero “seguro después de las elecciones”…

Se abrió el periodo de enmiendas y salvo “Compromis” que tiene una situación en el Congreso que no le compromete en nada, el resto de los grupos se olvidaron de lo que decían el sindicato negro que había conseguido.

Pero lo peor, es que tras reunirse y dejarse utilizar por el partido que nos negó el pan y la sal durante siete años, que nos apaleo y dejo lesiones graves a compañeros, que se negó a presentar un proyecto de Ley para blindar nuestros derechos y los del servicio público. Con esos antecedentes y sin ningún rubor, conocen que se va a pedir la ampliación del plazo de enmiendas por parte de ese mismo partido, que es un acto contra nuestros intereses y que impedirá que en la legislatura se aborden nuestras demandas y vuelvan a retrasarse al menos otro año más.

Resulta sospechoso ver como el sindicato negro avala y jalea las propaganda de una partido así, que nos ha maltratado hasta la extenuación en nuestros derecho y reivindicaciones, que ha ignorado las leyes que nos protegen en prisiones, como la de sanidad, la dE prevención, la LOLS…y un sin fin más

Y no nos dicen nada de ese engaño al colectivo y sus demandas, siguiendo a lo “suyo”, con su propaganda electoral de cara a las elecciones sindicales, apropiándose de una representatividad que nadie les ha dado y hablando, con un pensamiento único y descalificador de todos los demás en nombre de un colectivo al que no dudan en tener lo suficientemente “desinformado”.

Y al que parece pretender seguir haciéndolo, aprovechando para apoyar la campaña política de un partido que ha acreditado sobradamente lo que les importan las prisiones y su personal, volviendo con otra promesa más,  en un programa electoral, que si no fuera por las consecuencias seria el chiste del año, el mismo programa electoral de los que prometieron cientos de miles de empleos y luego, después de trincar el voto, dicen que es una forma de hablar.



Lo realmente cierto es que los años pasan y prisiones es un pozo sin fondo, donde solo aparecen “salvadores” con pociones mágicas que siempre acaban redundado en su beneficio propio y que nos sumergen otro poquito más a la mayoría de las que madrugamos para trabajar cada día.

Todos los expertos auguran que estamos ante un profundo cambio del modelo económico, cuya principales víctimas serán los derechos laborales, los servicios públicos y las clases medias. Es decir parece ser que seguiremos estando la mayoría del personal penitenciario del lado de los perdederos de la crisis. Y en ese nuevo contexto, los profetas del milagro y la luz entre los negros nubarrones para el personal de prisiones nos piden confianza, apoyo y fe ciega en sus designios para al fin alcanzar al paraíso de nuestras reivindicaciones.

La experiencia de la edad y de lo vivido nos dice a algunas que cuando los problemas son complejos y difíciles, siempre aparecen los de las soluciones fáciles inmediatas, y que tras el periodo de algarabía de la propaganda, dejan un erial de frustración y desconsuelo, a cambio de mejorar sus propias posiciones personales.

Y donde además se está trabajando para conseguir modificaciones legales que pongan en cuestión el propio carácter público de las Instituciones Penitenciarias y que más pronto que tarde nos aparecerán profetas de la “modernización” y “mejoras” que solo esconden los instintos privatizadores de quienes les apadrinan.

Ningún tiempo pasado fue mejor, enfrentarnos a la crisis y a la falta de futuro retornando, 30,40 o 50 años  atrás, porque aparte de volver al blanco y negro, solo aumentara la frustración y la necesidad Necesitamos gestionar nuestro futuro, se protagonistas de nuestra propia historia laboral y personal, sin profetas que nos digan lo que tenemos que vivir o sentir, tenemos que dignificar y exigir que se dignifique nuestro trabajo, y lo debemos de hacer convenciendo con la razón y la fuerza de la movilización.

Necesitamos un profundo cambio, lo que han sido los instrumentos de movilización y reivindicación están agotados como demuestran los hechos, pero eso no puede significar el retorno al pasado y el olvido, no nos ayudaría en nada un sindicalismo de casquería mediática, de pensamiento único, de control jerarquizado. Necesitamos centralidad, rigor, seriedad y propuesta, no son tiempos para el extremismo, el futuro no es una lotería, es nuestro trabajo y nuestra responsabilidad para con nuestros hijos e hijas.

Pero el cambio, además de necesario, tiene que ser útil, no es útil para la imagen, reconocimiento e interés del colectivo un sindicalismo de casquería. Un sindicalismo de pensamiento totalizador. Un sindicalismo para dividir y enfrentar las plantillas. El cambio solo puede venir de la mano de un sindicalismo comprometido y pegado al terreno, per con propuestas rigurosas y firmemente elaboradas, un sindicalismo sin dudas sobre el modelo democrático de prisiones. Un sindicalismo capaz de confrontar con la prepotencia de la Administración en todos los frentes.

Hemos perdido esta batalla, pero no hay que abandonar la guerra de la verdad y la justicia de nuestros derechos, esta legislatura se ha ido a la basura, pero no podemos echar todas las que vengan también al basurero, dejando secuestradas nuestras reivindicaciones por intereses contrarios a los nuestros, por la propaganda de los mercaderes políticos, utilizados como arietes o víctimas colaterales de sus juegos versallescos parlamentarios.