lunes, 11 de septiembre de 2017

EL “PROCÉS” EN INSTITUCIONES PENITENCIARIAS. UN PARADIGMA PARA VACIAR LAS REIVINDICACIONES DEL PERSONAL PENITENCIARIO

Habrá quien al ver el titular haya pensado que es una “boutade” de la autora el mismo, pero que no guarda ninguna relación con la realidad y que defender tal planteamiento podría ser hasta excéntrico o hasta estrambótico

Sin embargo los hechos me llevan a ratificar que existe un paralelismo entre el proceso rupturista unilateral e impuesto iniciado por el independentismo catalán con el proceso rupturista y de división que impulsa USO-Acaip en Instituciones Penitenciaras, pues sostengo que hay elementos comunes en la escenificación, en los procedimientos, en la propaganda e incluso entre la naturaleza de los objetivos.

El discurso independentista se construye transponiendo el imaginario propio, a la categoría de realidad colectiva, con ello se apropian del destino común  y lo vinculan a su propio ideario e interés, equiparando con ello sus deseos y ensoñaciones con las necesidades de construir el futuro colectivamente, logran que aquel que tan solo no comparta o pliegue a su determinismo, no se enfrenta a sus postulados, sino que se enfrenta a la esencia y al destino de la “su patria”



Con las propuestas de USO-Acaip aparece este mismo fenómeno de identitarismo, fruto de sus propios intereses diseñan en un proceso de ensoñación sobre la verdad colectiva y determinan imponerla unilateralmente. Su propaganda se construye desde esa primigenia  estrategia de identificarse como la esencia del colectivo penitenciario, ya desde cuando se autoproclaman sindicato mayoritario, incierto (igual que el independentismo que quiere decidir la parte por el todo), por no existir electoralmente el ámbito.

El independentismo niega la base jurídica y legal sobre la que construye su propia representación y al margen de ella trata de construir e imponer una nueva realidad jurídica. USO-acaip hace lo propio con su retórica exclusivista, con un pensamiento único que niega no solo el ordenamiento legal y jurídico que es él le da el soporte legal para representar su posición, sino la transversalidad y la pluralidad del colectivo penitenciario.

El independentismo catalán construye una realidad paralela y un mundo virtual en el que encaje su proyecto de  sistema de privilegios para perpetuarse en los mismos como clase.

El independentismo de Uso-acaip construye su realidad virtual, donde ha dormido caliente más de seis años, y trata de contagiarnos al resto del colectivo con sus sueños paralizantes y desmovilizadores.

Construir sociedad, unidades políticas, o relaciones laborales sobre el principio de exclusividad a parte de una regresión histórica representa  un absurdo en términos jurídicos y de derechos colectivos, siempre aparecerá alguna exclusividad, sobre la anterior exclusividad. Pues la presunta exclusividad, encarnada en las esencias de un Puigdemont a la castellana, representa un retroceso de derechos y libertades para el personal penitenciario.

Construir una realidad paralela exige subvertir la normativa vigente y el marco de relaciones laborales establecidas, este aspecto, no nos detalla la dirigencia de Acaip como piensa abordarlo, no tienen capacidad para crear normativa de “desconexión” de las relaciones laborales, ni tan siquiera esta donde se puede negociar estos cambios en la normativa.

En su propaganda de la pseudocampaña estival, ha dado un paso más materializando su intencionalidad de construcción de una nueva realidad de las relaciones laborales, que sustenta sobre estas propuestas.



Empleo.  Tres mil quinientas plazas más la tasa de reposición. Cualquiera de nosotras podríamos subscribir esto, estamos hablando de 5.500 plazas que sin duda aliviarían los déficits estructurales que padecemos. Aunque en realidad hablamos de una oferta extraordinaria de 500 plazas en cuatro años, pues tenemos 3.000 plazas vacantes y presupuestadas y la tasa de reposición el Gobierno la cubre (de momento). 500 plazas nuevas no dan para abrir lo que falta de Pamplona, Madres Tenerife, Archidona, Ceuta.
    
    Pero lo más importante, porque no defendieron todos estos años de pérdida de empleo estas plazas, hoy sería más fácil conseguirlas y, sobre todo, como van a obligar al Gobierno a ponerlas en la OEP, si NO VAN A NEGOCIAR DICHA OFERTA.

·        Regulación específica. Para mejorar la gestión de personal, por el contenido funcional propio, marco retributivo especifico…en definitiva bajo ese eufemismo, piden una sectorización fuera de la Administración General del Estado.

A este asunto ya le he dedicado unas palabras (http://ojocarcelario.blogspot.com.es/2017/07/en-la-madriguera-del-sector.html) con lo que introduciré solamente elementos para la reflexión:
Ø  Porque se olvidan que ya existe regulación específica para IIPP
Ø  Porque se pueden conseguir esas mejoras en un marco jurídico más restrictivo, con menos derechos y menos capacidad negociadora como el que defienden, sino han sido capaces de obtenerlas hasta ahora en mejores condiciones de relaciones laborales.
Ø  Porque no dicen que un ámbito propio de gestión de personal potencia clientelismo, amiguismo y falta de transparencia que tanto gusta a nuestros gestores, esa regulación  les amplía sus espacios para la prepotencia y la alegalidad
Ø  Porque no dicen que ningún ámbito específico tiene competencias sobre sus retribuciones, toda negociación queda supeditada a acuerdo en ámbitos superiores, DONDE TAMPOCO PUEDEN INTERVENIR y en definitiva a PGE.
Ø  La especificidad que se cita se da en numerosos departamento de la AGE y su especificidad se puede abordar (y se hace, nosotros tenemos regulaciones concretas) desde el marco jurídico actual, hay muchos colectivos en AGE, con horarios especiales, riesgos especiales y comités propios, regulaciones de ámbito, ectra.


·    IIPP en Ministerio de Justicia.  Bien nos parece que le digan al Gobierno como organizar sus ministerios, sirve lo anterior, del olvido de tantos años, pero sobre todo estaría bien conocer alguna autocritica de los nuevos paladines, por la defensa que hicieron en su momento en sentido contrario, el sindicalismo veleta es legítimo, pero no está de más alguna explicación de los cambios de posición.
Esta reivindicación va de la mano de la anterior, pues Justicia ya tiene un marco normativo especifico, lo que se supone representaría sumarnos al mismo.

Pero sobre todo deberían de explicar si lo que están pidiendo es la transferencia de prisiones a las CCAA que son las competentes en materia de Justicia y como abordarían dejar al persona penitenciario sin movilidad y concursos nacionales. TAMPOCO TIENE COMPETENCIA PARA NEGOCIARAR ESTOS ASPECTOS

· Recuperar perdidas retributivas. Bravo¡¡¡, todos de acuerdo, pero como conseguirlo? desmovilizando al personal durante años? En soledad USO que no está en ninguna mesa donde se negocia sobre retribuciones?...??? a perdón que este punto era solamente para ilusionar al personal.

·     Retirar seguridad privada. De acuerdo, pero no solo es la seguridad privada las privatizaciones, defender el servicio público de prisiones va mucho más allá, y sobre todo, que las privatizaciones no son decisiones de Yuste, son del Ministro al que defienden tanto como a las políticas del Gobierno para prisiones. Así que aunque cesen a Yuste, la privatización sigue.

·    Garantizar sistema de salud. Está bien defender la protección y prevención de las agresiones al personal penitenciario, pero para eso no hay que inventar nada, hay que exigir que se aplique la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en prisiones, el último invento, como el protocolo, va a costar muchos expedientes y ocultación de agresiones al personal penitenciario.
Este breve resumen de su escrito al Ministro Interior evidencia como el paradigma exclusivista y anti-unidad de USO-acaip no tiene nada que ver con las reivindicaciones objetivas del personal penitenciario.

En primer lugar porque se utiliza como punta de lanza contra la Plataforma de la Mayoría Sindical que son los que están en las diferentes mesas donde se puede negociar estas cuestiones. Difícil parece de conseguirlas cuando las utilizo para atacar a otras organizaciones.

En segundo lugar toda esta quimera de propaganda, de que en un mundo donde ellos tengan más delegados y recursos todo nos iría mejor (igual que el independentismo que dice que acaba con el paro, los recortes, la falta de servicios públicos o la corrupción fuera de España) choca frontalmente con la realidad, no solo de quien debe negociar por representación del todo el personal, sino con los actos sostenidos hasta ahora, han descubierto tras caerse del caballo que prisiones es un servicio público en continua degradación, si es así, son lentos, de reacción.

Al final de la arcadia feliz que nos vende la Uso-acaip, resulta que se sostiene sobre argumentos falaces, sobre la pasividad, la colaboración de facto, para que todo siga igual con el Ministro del Interior. Dividiendo plantillas, sin espacio para defender sus propuestas y en un salto al vacío, que no solo colabora a un marco normativo que facilita la privatización, sino  que permite perder derechos, sin que otros nuevos y mejores tengan garantía de sustituirles.



El final es siempre el mismo, quieren la independencia, para mejorar su situación personal y como organización, y no dudaran en inmolar los derechos conseguidos durante muchos años, si a cambio amplía su base clientelar, sus horas y sus liberados. Nunca pueden ir en unidad por eso, porque no alcanzarían lo que realmente quieren.


Lo que toca colectivamente, es frenar este intento arribista y suicida, de cambiar derechos por privilegios para alguno y si en ese camino la afiliación de USO-acaip se conforma y resigna, hipoteca su derecho al lamento y la queja

lunes, 4 de septiembre de 2017

ENTRE LO NECESARIO Y LO POSIBLE. ¿SIRVE PARA ALGO LA UNIDAD SINDICAL EN PRISIONES?

Es una evidencia tan rutinaria como insultante que los servicios públicos en España han sufrido un profundo deterioro fruto de las políticas neoliberales del Gobierno de recortar, destruir, vaciar lo público para que haga negocio lo privado.

Instituciones Penitenciaras es un ejemplo lacerante de este dogma que engorda bolsillos y vacía conciencias. El Gobierno y su Ministros de Interior han desarrollados políticas orientadas a hacer inviable el modelo penitenciario constitucional, necesitan convertir como inevitable sus políticas de transferir los recursos públicos a la cuentas de beneficios de un reducido club de amiguetes.

Existe una confusión, bastante interesada en muchos casos, como ingenua en una mayoría, de asociar al Sr. Yuste con el drama que éstas políticas generan en el corazón del servicio público de prisiones español, tratando de crear una cortina de humo donde la “maldad” “incompetencia” personales se imponen sobre las decisiones de Gobierno y las opciones de estrategia política. Ese mensaje, bastante interiorizado, es el salvavidas de mañana para quienes destrozan lo público en prisiones.

El Sr. Yuste al margen de sus bondades personales, que seguro que como todo ser humano alguna tiene, no es el eje del problema en prisiones.


Que existan 3.000 plazas presupuestadas y vacantes sin cubrir, que los concursos sean una chapuza y acumulen frustración en sus participantes, que los periodos de prácticas sean eternos y al margen de la Ley, que impidan que se aplique la ley de Prevención de Riesgos en Prisiones y continúen las agresiones, que se privatice y se gaste más dinero público  con ello, que no se forme y recicle al personal para sus necesidades profesionales y se haya convertido los cursos en un foco de clientelismo, que las direcciones de los centros sean reinos de taifas autócratas, que el transporte sea caduco en muchos centros, que el personal laboral sean parias en la institución, que se degraden hasta imposibilitar la asistencia los servicios sanitarios, que los derechos legales haya que pelearlos judicialmente o que nuestra salud esté en peligro por falta vacunación, riesgos psicosociales, biológicos. Que no veamos reconocido retributivamente nuestro trabajo. Es responsabilidad de las políticas del Gobierno y sus Ministros


En definitiva que las condiciones laborales de prisiones sean draconianas, no es una decisión de la SGIP. Es una política de Gobierno en una estrategia premeditada y metódicamente aplicada de degradación de un servicio público tan esencial como es el del cumplimiento de las penas, con un doble objetivo hacer negocio con todo lo penitenciario e implantar un modelo de intervención penitenciaria en la periferia de la Constitución.

Frente a esta lamentable radiografía de la situación laboral en las prisiones, es obligado hacer alguna referencia a como se puede llegar a esta situación, sin que por parte del colectivo penitenciario se haya planteado una respuesta seria y sostenida, que si no la impida, al menos, la aminore o la diluya.

En Instituciones Penitenciarias se dan algunas singularidades propias de ámbitos sindicales emergentes, es cierto que existe una de las mayores tasas de afiliación del país a las organizaciones sindicales, pero como paradoja de esa situación los sindicatos son débiles y más orientados a los servicios de “cuasigestoria” que a una propuesta de acción sindical permanente que confronte con alguna visión de futuro frente a la regresión que sufren las condiciones laborales con la política gubernamental de desmantelamiento de lo público.

Ello se produce por un marcado carácter individualista existente en el colectivo, con asociaciones de todo tipo, por categoría profesional, por área de actividad, ectra. lo que fortalece las tendencias corporativas confrontando intra e inter los diferentes ámbitos penitenciarios y con el resto de departamentos y servicios públicos de las AADD. Esta radicalidad en las esencias fundamentales de lo que hacemos cada uno de nosotros con lleva baja participación en lo sindical, posibilitando por inacción el arribismo de los menos capaces pero los más osados para las labores de representación y que las estructuras sindicales actúen con independencia de la afiliación o en ocasiones en contra de la misma, factor utilizado y potenciado por los gestores para favorecer clientelismos particulares en las relaciones laborales.

Es en éste reseñado sintéticamente contexto es en el que debemos de reflexionar en porque no hay una resistencia sindical, que merezca tan nombre, y obviamente si nadie resiste y se enfrenta a las políticas de recortes, éstos avanzan y se consolidan, por más enojo personal que manifestamos cada una y uno de nosotros en el ámbito privado. Porque no nos dejemos engañar, esto va de quien tiene más fuerza, no de quien tiene más razón, o quien pide más, sino de quien tiene la capacidad de doblar o aminorar la presión del Gobierno sobre Instituciones Penitenciarias. Si el personal penitenciario no demostramos tener fuerza, esto ira a peor inexorablemente.

Hasta ahora existía una denominada “Plataforma Sindical Mayoritaria” (csif, ccoo, ugt, y en los últimos tiempo apfp) que era la única que en exclusividad ha desarrollado una actividad sostenida durante estos años basada fundamentalmente en concentraciones en casi todos los centros y en ruedas de prensa y comunicados, en definitiva en una labor de denuncia de la situación exclusivamente. Que está bien, pero no parece hacerle demasiado daño al Ministerio de Interior.



En el veranos también volvió de un descanso de seis años USO-Acaip con una campaña mediática dirigida a obtener muchos titulares y espacios en medios de comunicación, con independencia del buen gusto o no de expender chorizos en la vía pública sin carné de manipulador o donar sangre a la cruz roja para que haga negocio con ella es cierto que saben dominar el escenario, pues sus dos objetivos pueden considerarse conseguidos: por un lado hacer olvidar a sus afiliados que han cohabitado y mecido la cuna del Sr. Yuste durante todos estos años en los que se olvidaron de todo lo que denuncian ahora. Y por otro identificar a prisiones con sus siglas en los medios de comunicación, aun a costa de aumentar la dosis de sensacionalismo y amarillismo en su acción sindical. 

También está bien que los medios de comunicación  hablen de nosotras, pero también en esta ocasión es solo eso una campaña de propaganda, posiblemente relacionada con cuestiones internas, hemos tenidos dos presidentes de ese sindicato sin que mediara Congreso u órganos de dirección que los cambiase, situación que coincide con su salida de la madriguera tras todos estos años. Pero el postureo tampoco asusta demasiado en el Ministerio de Interior (o tal vez no sea la intención sindical asustar al Ministerio del Interior) unas riestras de chorizos no dan mucho miedo.


Porque hay un elemento relevante de toda la campaña de USO-Acaip, que no se centra en las políticas y en las decisiones gubernamentales que nos han llevado hasta aquí, auténticas responsables del caos que padecemos.

Se centran en Angel Yuste como destilado de todos los males, y cuál es el fin, que en algún momento el Srl Yuste, dimitirá, se retirara, lo cesaran, o lo ascenderán y podrán atribuirse el cambio de personal a sus acciones, presentándose como salvadores de un mal en el que son coparticipes por omisión. Que no esté Angel Yuste al frente de prisiones no representa cambio alguno en las políticas que padecemos, con lo cual se movilizan no para cambiar las políticas que nos generan problemas sino para evitar que el Ministro tenga problemas con el colectivo penitenciario, desviando el foco de atención.

No es nueva su estrategia, es su naturaleza sindical, lo han hecho en más ocasiones, cada vez que hay problemas aparece el discursos super-radical que desmoviliza al personal y nos lleva al punto de salida, cambiarlo todo para que no cambie nada.

Y finalmente, también hay buenas noticias en el panorama laboral penitenciario, un cambio generacional, acumulando desprecios y marginación, ha dado un paso al frente para reivindicarse como sujeto y no espectador de las condiciones laborales que padecemos. Un movimiento transversal de personal funcionario aglutinado en torno a las siglas FPU ha traído un soplo de aire fresco a la dialéctica sindical. Es cierto que hay buenas dosis de ingenuidad, que les falta propuesta y falta de formación sindical, que en su interior hay lobos de organizaciones sindicales que los ven como un problema que intentarán romperlos desde dentro. Pero también es cierto que han dinamizado el esclerotizado mundo sindical penitenciario, que se han convertido en un factor de presión y exigencia al orden sindical establecido. En definitiva es el único elemento novedoso sobre el escenario que siempre se ha repetido para quedar siempre con menos derechos y menos condiciones laborales.


Con estos tres bloques tan dispares se debe de poner sobre la mesa si hay algún objetivo común que permita hablar de unidad sindical y para conseguir que.

Tanto la Plataforma Sindical Mayoritaria como FPU, han hecho llamamientos a la unidad a USO-Acaip, que han encontrado o el silencio o el rechazo en encuentro bilaterales por parte de éstos últimos.

La unidad sindical es una herramienta poderosa, significa que todo el colectivo esta unificado por un objetivo común, y que sus acciones pueden modificar políticas y decisiones del Ministerio, es decir la unidad no es algo para sí misma, es una herramienta para conseguir objetivos que nos beneficien a todos.

Con Unidad Sindical y Movilización  se pueden ir cambiando cosas de un modo estratégico. Pero aunque la unidad sindical es una necesidad los objetivos de cada parte la hacen prácticamente imposible.

Para ello USO ha puesto barreras artificiales para su salvaguarda, con las que intentar lavar su imagen en las plantillas por no querer unidad sindical, no ha hecho como es natural en todo este tipo de alianzas, buscar lo que une y dejar para la acción de la organización lo que separa. USO-Acaip ha puesto sobre la mesa lo que separa para evitar trabajar por lo que une, es decir, sus objetivos no van a conseguir cambias de las condiciones laborales, sus objetivos se dirigen a conseguir una mejor posición de sus intereses sindicales.

La evidencia es que no cuestionan la política penitenciaria del Gobierno, sino a un quemado Yuste, cuya remoción de prisiones no tendría efecto alguno. Y en un segundo nivel construyendo una nueva propuesta “veleta” pues solicitan pasemos a Justicia cuando ellos mismos pidieron pasar a Interior.
Nada dicen de como conseguir OEP, fin agresiones, concursos…hasta ahora su autoproclamado sindicalismo mayoritario no ha servido para evitar la degeneración de la Institución y la degradación de las condiciones laborales, se van a poner a trabajar ahora para que eso no sea así. No parece muy serio, puede servir para lanzar consignas sectarias, y dividir al colectivo, pero no para alcanzar nada. Solo para conseguir una OEP extraordinaria, o para frenar las agresiones, ya merecería la pena la Unidad Sindical.

La unidad sindical sirve para conseguir derechos y recuperar los arrebatados, solamente para eso, para defender los derechos del colectivo penitenciario.

Pero como se trata de jugar a la política que dictan los partidos a sus intereses, de que no haya una contestación fuerte del personal penitenciario que cuestione al Gobierno, y de cambiar derechos colectivos por prebendar particulares para la organización sindical, la Unidad Sindical es una quimera. Es una necesidad objetiva, pero es un sueño imposible, porque alguien se ha empeñado en caminar en la dirección contraria a los intereses del colectivo

Solo una reacción firme de la afiliación de USO-Acaip exigiendo Unidad Sindical, construida sobre lo que nos une, puede cambiar el drama del colectivo penitenciario.

No hay tiempo para el teatro en #sosprisiones es tiempo de unidad y Movilización