domingo, 15 de abril de 2018

LA GÜIJA PENITENCIARIA



Empezamos este año las gentes que laboramos en las prisiones con elevadas dosis de serotonina corriendo por nuestras venas, las viejas confrontaciones de familia entre CSIF y ACAIP, quedaban suspendidas temporalmente para abrir una ventana con la que regar sindicalmente los agrietados y secos campos laborales penitenciarios.

La mediación de UGT y CCOO logro el fruto de sentarse a la mesa los cuatro juntos, mirarse a los ojos y acordar un programa de mínimos para pelear por mejoras para todo el personal de las prisiones, acabar con la brecha salarial dentro la SGIP, habilitación como Técnico Superior del Grupo B al personal del C1 y una subida de niveles



Era de mínimos porque ampliar las demandas, además de reducir las ya menguadas fuerzas movilizadoras de las plantillas sin duda haría saltar el inestable equilibrio logrado, aun así se echó en falta alguna autocritica de quienes avalaron el pernicioso “protocolo contra agresiones” o alguna mención a pelear que al menos las tres mil doscientas plazas vacantes presupuestas se cubran para salvar el servicio público de prisiones, sin olvidar, entre otras reivindicaciones más,  la formación tan indispensable en tiempos de masters exprés.

Aun con esa escuálida geografía reivindicativa se pario el acuerdo de 11 de Enero, que a muchas de nosotras nos llenó de esperanza e ilusión tras tantos años guardando silencio, calladas ante tanto atropello en los centros. La esperanza que algo se podía mover para remover ese estado antinatural del mundo del trabajo en las prisiones, una ya no tiene edad para la candidez y sabe diferenciar entre la propaganda de lo virtual y lo posible de la realidad, pero movilizarse, defender derechos y recuperar espacios de dignidad laboral ya me parece un avance, que si se logra aderezar con mejoras laborales condimenta mejor.

La realidad siempre ávida de devorar los sueños de la esperanza y la ilusión, no tuvo reparo en acabar demasiado pronto con los míos.

CSIF antes de la primera actuación potente acordada, la manifestación estatal el 24 de febrero en Madrid; rompe lo que firmó y presenta su propia campaña, en línea con lo defendido desde Moncloa de culpar el Constitucional Estado de las Autonomías de los males laborales, la equiparación con Cataluña.



Esta actuación evidencia, en primer lugar, un burdo intento de debilitar la manifestación programada, y en segundo lugar ir sembrando la división y la confrontación dentro de  las plantillas con el fin de abonar su pasividad ante futuras respuestas para exigir la negociación de las reivindicaciones acordadas.

La manifestación del 24 de Febrero convocada por ACAIP, CCOO y UGT permitiendo a CSIF encabezarla, en otro intento de restablecer el acuerdo firmado, es un punto histórico en los procesos de movilización  realizados en Instituciones Penitenciarias, con el mayor nivel de participación.
A pesar de que las reivindicaciones se expresaron masivamente por las calles de Madrid en defensa del acuerdo del 11 de Enero con la presencia de todos sus firmantes, la estrategia de la división se profundizo en las fechas siguientes a la misma.



Se da la paradoja de quienes dicen defender mayor contundencia en las actuaciones reivindicativas, desaparecen cuando estos actos se materializan, como sucedió en el Dueso y en Alhaurín, donde los paros del personal no contaron con la presencia ni de CSIF, ni de APFP, y tampoco la asociación FPU

La estrategia de la división y de debilitamiento del colectivo penitenciario se manifiesta  en toda su crudeza en la reunión del 3 de Abril con el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, donde se materializa formalmente la toma de posición de la Administración respecto a nuestras demandas.

En esa reunión, por un lado CSIF veta la presencia de ACAIP en cualquier tipo de reunión para negociar las reivindicaciones y al mismo tiempo el Sr. Yuste hace una encendida defensa de la propuesta de equiparación con Cataluña presentada por CSIF. La alianza CSIF con la Administración quedaba sellada.

Establecidos los hilos que mecerán la cuna del paciente personal penitenciario, no queda más remedio que continuar con la simulación, en tiempo real y en diferido, los sectores sindicales controlados por CSIF y el Sr. Yuste realizan una sesión literaria en los locales sindicales de algunos centros penitenciarios, para permitirles tener noticias que aparenten su presunta movilización.

El pasado 11 de Abril más de 200 delegadas y delegados se encadenaron durante 12 horas ante la Secretaria General  de Instituciones para exigir el inicio de negociaciones reales sobre lo acordado unitariamente el 11 de Enero. Solo participan UGT, ACAIP y CCOO.



Para contrarrestar los actos reales de movilización, CSIF continua con su movilización real, que permita crear ruido y mucho humo para confundir las plantillas y tapar su dependencia de las órdenes de Yuste en este proceso.

Se inventan referéndum, asambleas minoritarias y todo tipo de zancadillas que impidan continuar el proceso de movilización.

En todas ellas queda en evidencia que su disposición y compromiso con las demandas del colectivo penitenciario son nulas. Lo único que aciertan a sacar de todo estos procesos de recogida de firmas, reuniones y demás, es exigir a los demás que hagan algo, que ellos no parecen querer hacer.

Lo razonable es que si se tiene un proyecto diferente, si se tiene razón, hagan algo en el mundo de lo real, una huelga por ejemplo, donde expliquen porque dejan sin equiparar a colectivos amplios de penitenciarios, como el personal laboral, los panfletos ya no cuentan porque salen de las fotocopiadoras de la Administración, evidentemente no harán nada que les comprometan sus compromisos con la Administración a la que dicen exigir.

En estos momentos solo hay un ganador, es el Sr. Yuste y su Administración que tiene al colectivo penitenciario donde quería, apático, dividido y sin una capacidad efectiva de respuesta. De producirse algún tipo de negociación, probablemente tengan interés en ello, será para dejar caer algunas migajas a cambio de modificaciones sustanciales en funciones, por ejemplo en la segunda actividad, los grupos de intervención y otras cosas de interés de la Administración.

El bloque controlado por CSIF no parece tener muchas expectativas de futuro, nos hay una unión en torno a un proyecto estratégico real, es una unión contra los demás y a favor del Gobierno, donde previsiblemente la peor parte se la llevara APFP que se quedara colgado de la brocha cuando CSIF abandone la reivindicación de la equiparación con Cataluña.

En el otro lado, el que lidera ACAIP con CCOO y UGT,  se atisba demasiada prudencia, hasta temor nos atreveríamos a decir, no parece tener muy claro que las plantillas apoyen con decisión medidas de movilización más intensas, esta situación conlleva que pierdan espacio comunicativo, y que se disperse la estrategia entre los diferentes centros, con ocurrencias de lo más variopintas y donde hay posibilidad de que alguien acabe metiendo la pata.

Sería de agradecer más claridad en cuanto al objetivo de la negociación, como, con quien, cuando dentro del marco legal actual, son cuestiones que las plantillas tenemos derecho a conocer. Estaría bien también más pedagogía y más escuchar a lo que se demanda desde la buena fe de muchas trabajadoras y trabajadores. Y más útil aun contar con un proceso de movilización mejor estructurado, con mayor continuidad y definid en el tiempo.

Cuando alguna pedimos explicaciones, lo hacemos no para atacar esta u otra sigla, sino porque queremos algo más que propaganda, nos los merecemos, nuestras condiciones de vida nos van en ello, no tenemos una alienación tan intensa como puedan pensar quienes ignoran nuestras demandas y nuestras necesidades

La sensación que nos llega a las humildes trabajadoras de a pie es que se fía todo a la labor institucional, sobre todo parlamentaria. La evidencia demuestra sobradamente que n hay aritmética para ese tipo de situación, con lo que poner todos los huevos en esta cesta no parece del todo prudente.

Obviamente no quiero creer, como hay quien señala, que solamente somos peones de otra suerte de juego, el político de los partidos y que rehenes de esa situación se nos usara y tirara cuando corresponda a dichos intereses.

A la vista del teatrillo sindical que padecemos en Instituciones Penitenciarias, todo parece indicar que las estrategias y las decisiones se toman en sesiones de güija donde nuestros iniciados representantes viajan al más allá para encontrar claridad para sus decisiones, pero se van tan al más allá que solo traen oscuridad y sombras.

Para mi sin consultar con el mas allá, solamente con el sentido común de quien tiene que hacer equilibrios con su presupuesto para que a mis hijos no les falte nada de sus necesidades básicas, puedo afirmar sin riesgo a equivoco que no hay ni vía catalana, ni vía alavesa, a lo más si se recupera un poco de seriedad y rigor puede haber mejoras que habrá que valorar a cambio de que las da la Administración

Pues eso, que si no nos espabilamos, y dejamos el teatrillo para volver a la vida real,  nos roban los sueños otro año más.