martes, 28 de mayo de 2019

MENTIRAS, MITOS Y MEMES EN #SOSPRISIONES


Se han celebrado las elecciones generales, las autonómicas, las locales y las europeas y el mapa político ha consolidado un claro partido hegemónico, el PSOE. El mismo PSOE que en la oposición jaleaba nuestras demandas y las elevaba al altar de la justicia y que tras traspasar las puertas de Moncloa entro en una profunda crisis amnésica, y nos regaló, probablemente, el peor ministro de Interior de la democracia.


Los apologistas del grito desaforado, del insulto como forma de comunicación, del eructo como acto reflexivo. En su activa campaña contra la expresión democrática de la ciudadanía, con la inestimable y la nunca suficientemente pagada, ni explicada, colaboración de medios de comunicación captadores de audiencia a golpe de vísceras en las pantallas. Han situado las reivindicaciones de prisiones en un difícil escenario, la de buscar una negociación con quienes ha sido foco de una campaña política dirigida desde oscuros intereses partidarios, con la bandera de prisiones como palo.

Entre insulto e insulto, entre actos de fé y “kedadas”, siempre aparecía un instante de fulgor para sacar a pasear la bandera de apolíticos, asindicales, independientes y demás cantinelas camaleónicas para embaucar a incautos. Lo cierto es que quienes promovieron y promueven esa forma de actuar, que siguieron algunos de los institucionales sindicatos, en una manifiesta expresión de incapacidad para comprender la realidad, pensando que siendo miméticos se pueden esconderse del torrente de involución. Una realidad que se vuelve torcida para los intereses de colectivo penitenciario.

El folklorismo de los últimos meses toca  a su fin, en medio de una marea de esterilidad, quienes se erigieron en salvadores del patrio territorio carcelario, han agotado las memorias de sus aparatos electrónicos y ya no les caben ni más selfies ni tontorrona vanidad, después de tratar de convencernos que las fotos tenían el poder de transformar nuestras nóminas y nuestros derechos.

Lo cierto es que la marejada de memes, selfies y vanidad ha servido para comprobar cuan delgada es la línea de la coherencia y el respeto. No ha habido escrúpulos para arengar en todas las direcciones contrarias (en realidad no se quería ir a ningún sitio), fotos con quien nos apaleo en Morón y otras cárceles, con “felones” vende patrias independentistas, con quienes quieres poner el cartel de “se vende” en prisiones, con quienes nos trajeron hasta el barro durante sus años de gestión, con quienes retrasaron las enmiendas para no presentar las nuestras…



Que las fotos no pagan nóminas, ni modifican leyes, ni dan derechos era suficientemente sabido para cualquiera con cierto sentido común. Tal vez el problema es haber dado la dimensión de actor en la gestión el conflicto penitenciario a quien no era más que unos hilos de intereses ajenos al del personal penitenciario.

Quienes trataban de sentar cátedra, descalificando a todos y todo lo que nos había traído hasta aquí han acreditado una notable insolvencia, no solo ya porque han demostrado ser incapaces de construir un relato coherente y articulado más allá del de un niño de parvulario, sino porque no son capaces ni de gestionar su propios interés. Hay quien dice que no se presentan a las elecciones por miedo, yo pienso que es por incapacidad, no han sido capaces de gestionar el torrente de apoyo que han generado y de medirlo en las urnas y no en las soflamas de algún demagogo profesional, sin representatividad, no representan a nadie, ni pueden exigir nada a nadie, y ese escenario que ellos han provocado, aumentara aún más la frustración entre el colectivo penitenciario.

Las elecciones políticas también tendrán repercusión en las demandas del colectivo penitenciario, el ascenso del PSOE probablemente tire  favor del voto de UGT-Acaip, al menos hasta para amortizar las pérdidas del ingreso de Acaip en la órbita de la socialdemocracia que ha sido sentido como una traición por amplios sectores de sus bases

El ingreso de Acaip en UGT los instala en los cenáculos del poder y los convierte en un instrumento necesario de la gestión del Ministerio Interior, ello tal vez explique las reuniones secretas y en solitario (no informaron ni a CSIF ni a CCOO) de la dirigencia del Acaip con diputados socialistas para buscar una salida favorable a los intereses del partido al conflicto de prisiones.

Acaip se ha institucionalizado, y profundiza en la línea de compartir apoyos y ayudas entre la secretaria general y el sindicato. Una vía puede ser el desarrollo de la formación vinculada a los concursos de traslados como ha impuesto IIPP en el último baremo, lo que permitiría al sindicato hacer caja y tener un llave importante para la movilidad. Esa línea de apoyo mutuo se verifica en la propuesta de reformar el PEAFA, que siempre decían combatir, porque eso quedaba asumido al ingresar en UGT y con ello se deja que las agresiones en prisiones sigan sin tener protección.
Con este escenario las reivindicaciones de prisiones han dado un importante paso atrás, que aún puede empeorar si se mantiene el mismo Ministro del Interior.



Todo ello demuestra que nuestras reivindicaciones o las sacamos adelante las funcionarias y funcionarios de prisiones o no las saca nadie, que solo nosotras podremos presionar y mantener el pulso necesario para que se reconozcan nuestros derechos y se dignifique nuestra labor profesional defendiendo el servicio público de prisiones.

La primera oportunidad para cambiar esta situación se nos presenta en el 19 de junio con las elecciones sindicales en prisiones, de donde saldrán quienes nos representen en las mesas de negociación y la defensa de nuestros derechos.

Debemos de empoderarnos de ser dueñas de nuestro futuro profesional y no regalar ni nuestro voto ni la gestión del mismo con el gratis total de siempre o cambia de baratijas, hay que centrarnos en defendernos y donde nuestro voto tendrá más valor para el colectivo y para nosotras.

Si hacemos como siempre, los resultados serán los mismos, hay que impulsar un cambio en prisiones, con una representación que no tenga ni miedo, ni ningún tipo de compromiso con la Secretaría General, que defienda nuestros derechos por encima de los intereses de partido y que rinda cuentas a las que somos soberanas de nuestro voto, las trabajadoras y trabajadores penitenciarios.

En estos próximos cuatro años se intentara dar un impulso a la privatización, seguiremos con el desmantelamiento del servicio público de prisiones y trataran de cambiarnos nuestras reivindicaciones por unas baratijas y prebendas para otros.

Ahora toca defendernos y defender nuestros derechos

Ahora, en #sosprisiones, necesitamos menos memes, mitos y mentiras. Solo necesitamos justicia salarial, dignidad y respeto y el personal necesario para salvar el servicio público de prisiones sin agresiones