jueves, 25 de octubre de 2018

CAMISAS NEGRAS, EL CAMINO DE LOS SUEÑOS ROTOS


Hace un siglo, Italia estaba sumida en una profunda crisis política, económica y social, fruto entre otras causas, de las consecuencias de la primera guerra mundial, de las tensiones coloniales y de las contradicciones generadas dentro de las capas trabajadoras muy conservadoras y la creciente fuerza del sindicalismo de clase.

Frente a este estado de cosas, en un estado general de frustración generalizada y con un profundo resentimiento nacionalista se organizan las camisas negras, en torno a la expresión de la exaltación de la irracionalidad en la conducta y los sentimientos, llenos de intolerancia y ciego fanatismo.

El resultado es conocido, la crisis se agravó, la frustración aumentó y la derrota recorrió Italia, llenándola de cientos de miles de muertos y destrucción tras pasar por una férrea dictadura. El atajo a la historia se convirtió en un cementerio.

La situación actual es diferente obviamente, sobre todo porque los siglos no pasan en balde, aunque a veces la historia se repite, aunque sea ya como farsa y por ello no podemos obviar que  hay elementos recurrentes de crisis anteriores en la situación actual, la desigualdad aumenta en su expresión más brutal a lomos del neoliberalismo global, las guerras de religión son la coartada que sustituye a las guerras coloniales, el contrato social que cohesiono Europa está roto diluyendo en un ácido de realidad el mito de la clase media, la acracia neoliberal se rebela contra el establishment del que forma parte.

Y frente a la toda la frustración, desigualdad social, la receta siempre es la misma para los que se empecinan en repetir como farsa la Historia: autoritarismo y fuerza, con el aglutinante del individualismo global contra los ”otros”, representado en la formula identitaria del clan.

El campo de lo sindical no es ajeno a esta profunda crisis y transformación que se viene produciendo, el mundo de las grandes fábricas y de  la industria básica ha muerto, la fragmentación laboral es total con claras situaciones de antagonismo entre trabajadores, la precariedad es un estado de normalidad y un modelo de relaciones laborales, el trabajo no es ya una herramienta para no ser pobre, el futuro es hoy y las nuevas generaciones no tienen un horizonte de seguridad, la revolución digital prescindirá de millones de personas sin alternativa personal ni laboral.

Todo ello conlleva inevitablemente a que la dialéctica de las organizaciones sindicales no este ajustada a esa nueva realidad laboral y social, porque ahora el discurso desde lo racional y lo objetivo no tiene la potencia necesaria para satisfacer las expectativas generadas de lo inmediato por las “necesidades” del idealismo y lo emocional que priman actualmente en el hegemónico individualismo laboral del sálvese quien pueda.

Obviamente el mundo laboral de las prisiones no puede ser ajeno a la realidad que le rodea, es más, aunque pueda parecer paradójico, por el factor de seguridad laboral intrínseco al mismo, probablemente sea más sensible que otros a estos nuevos fenómenos, por el componente sociológico que determina el trabajo en una organización laboral cerrada con una escala de valores propios y donde el miedo a la inseguridad “vital” adquiera una relevancia no fácilmente entendible desde una perspectiva externa, donde elementos como el reconocimiento social, la identidad de grupo, la renovación generacional, y la generación de expectativas endógenas, conforman factores que dimensionan nuevas necesidades a las que dar respuesta desde la objetividad y la racionalidad del mundo sindical es complejo.

El mundo penitenciario ha tenido profundos cambios en las últimas décadas en España, los avances son incuestionables, tanto es así que han situado al sistema público de prisiones español entre los más destacados en materia de derechos humanos, reinserción, o infraestructuras.
   
Pero, no menos cierto es que los avances en el mundo laboral del personal penitenciario no han ido al mismo ritmo, como demuestra, por ejemplo, la política del último plan de amortización donde se generan fuertes inversiones en modernizar infraestructuras, pero no se generan recursos para dotarlas de personal.

El personal penitenciario evidencia una serie de necesidades objetivas que no están siendo atendidas en un dilatado tiempo, como pueden ser, retribuciones vinculadas a su eficiencia y función social, protección efectiva frente a los riesgos para la salud, con especial atención al grave problema de las agresiones, las necesidades formativas ante las nuevas exigencias que el cumplimiento penal demanda, la posibilidad real de la carrera administrativa, tanto horizontal como vertical, o los mismos concursos de traslados hipotecados  por una agónica carencia de personal, con más de 3.500 plazas sin cubrir.

Frente a toda esta problemática, cierto que, con desigual intensidad, y diferente responsabilidad el sindicalismo institucional o representativo en prisiones no ha sido capaz de obtener resultados que abordasen esas necesidades en favor del personal penitenciario, todo ello agudizado sin duda por la profunda crisis económica y los recortes padecidos en el sistema público en España.

Con las necesidades objetivas y racionales que demanda el buen funcionamiento del sistema, cuando quedan postradas durante años, la frustración y el desencanto crecen empujando a la objetividad hasta que se desliza por la pendiente de las emociones y se trasforman en un problema de abandono, marginalidad, ostracismo, donde la necesidad ya no es colectiva sino es una necesidad vital personal.
Es en este caldo de cultivo, y de un modo tan organizado y como rápido donde toma presencia y cuerpo en las relaciones laborales en Instituciones Penitenciarias, un autoproclamando movimiento “asindical” de camisas negras que bajo la consigna de “tu abandono me puede matar” ha irrumpido con un claro mensaje anti-sindical.

Es un movimiento que se instala en la ambigüedad calculada, su mensaje se utiliza según pueda interesar contra la administración, contra los sindicatos o contra cualquiera que consideren no sigue ciegamente sus postulados. Es decir, volvemos al inicial planteamiento de hace cien años, el aglutinante del individualismo global contra los ”otros”, representado en la formula identitaria del clan, el clan de las camisetas negras.

Se abren importantes interrogantes respecto a este movimiento, es evidente que las condiciones objetivas existen, radican en la degradación laboral y prepotencia que reina en las Instituciones Penitenciarias, pero sus alternativas frente a las mismas son un correlato de “deseos” y ”quieros” construidos con un copia y pega de las demandas tradicionales de los sindicatos y sin que se exprese mayor estrategia para alcanzarlos que la de presionar a los sindicatos y  aderezada de alguna demanda generalista a la Administración

Lo que debe de llevarnos a reflexionar en cual es la diana real del movimiento cuando el primer objetivo de su movilización son las fuerzas sindicales, que, con todas las carencias y debilidades, son las que sostienen los derechos laborales.

Otra cuestión, no menor, es que el crecimiento de las “camisas negras” se produce con la incorporación de dos tipos de personal, gente con muchos años laborales en prisiones y que se destacan por no haber participado nunca en movilizaciones o protestas reivindicativas y una generación más joven que se ha incorporado en los últimos diez años y que tampoco se ha involucrado sindicalmente, todo ello dirigido por personas vinculadas sindicalmente y que no han encontrado un espacio para ellos en sus organizaciones.

Por otra parte, está la siempre escabrosa cuestión de las finanzas, es un terreno donde no parecen tener especiales dificultades y que tratan de justificar como aportaciones personales, pero que indudablemente suscita dudas de credibilidad.

Siempre que se ha organizado algo con rapidez y capacidad de impacto se ha hecho porque hay financiación externa con intereses concretos en el desarrollo de la organización, la financiación puede provenir en éstos casos del mundo empresarial o del mundo político, o de ambos con intereses entrecruzados, sería interesante que este tema tuviese cierto nivel de transparencia, sobre todo con los potentes intereses existentes por las grandes corporaciones con hacer negocios de la privatización de los servicios públicos, máxime en uno tan goloso como las prisiones donde es público el interés en su privatización

La otra cuestión es que correlato político sostienen a un movimiento de estas características que, aunque se presenta como ansindical y sin un aparente mensaje político, es precisamente ahí podría radicar el potencial de su proyección política, no obstante, si es evidente, que por parte de grupos de la extrema derecha hay un especial interés en captar personal en los ámbitos de la seguridad del Estado y un movimiento de estas características abre múltiples oportunidades. Por otra parte, desde organizaciones políticas, del propio establishment les sería de gran utilidad contar con un Ministerio del Interior sometido a tensiones desde dentro, que facilitase su discurso político utilizando las mismas para desgastar al Gobierno.

En definitiva, nos encontramos ante un fenómeno sindical y político incipiente, pero para nada espontáneo que se desarrollará en los próximos meses y podrá ser relevante en la política penitenciaria española en un medio a corto plazo.

Por lo tanto, no se trata de demonizar, o generar calificativos, contra un movimiento de gentes normales en su inmensa mayoría que lo único que han encontrado un cauce que canaliza sus frustraciones profesionales. De lo que se trata es de generar políticas laborales adecuadas para cortar el suministro de razones para que el movimiento se expanda, es decir, políticas de relaciones laborales que atiendan las demandas objetivas y fortalezcan el sistema penitenciario como servicio público en el marco constitucional.

En ese terreno los agentes principales serán sin duda las organizaciones sindicales, que deberán de ser capaces de tener la habilidad y capacidad de representar las demandas, que son suyas, y que son las que justifican la articulación de este movimiento. Es decir, tener la capacidad de exigir y gestionar soluciones prácticas para problemas reales, porque si lo que tienen es la tentación de contrarrestar entrando en la confrontación de lo emocional habrán perdido, porque las emociones son subjetivas y particulares.

Por supuesto el Ministerio del Interior debería poder estar en condiciones de acreditar tener alguna política penitenciaria con  responsabilidad de Estado y ser capaz de comprender los retos que tiene frente a si,  que no son meramente laborales y tienen un profundo componente político desde la óptica de la seguridad del Estado, no tratando de ningunear unas demandas muy objetivas y reales, a la par que necesarias para el desarrollo de un modelo penitenciario moderno y reinsertador. Jugar con las necesidades y emociones del personal de prisiones no es una apuesta muy inteligente, es temeraria y demuestra un desconocimiento profundo de lo que se gestiona, salvo que lo que se pretenda sea echar gasolina al fuego.

El presunto argumento que desde los Gobiernos siempre se tiene la tentación de esgrimir, sobre el gasto público, solo demostraría no haber comprendido absolutamente nada de lo que es y para qué sirve un sistema penitenciario moderno, la reinserción no es un gasto es una inversión para ahorrar en costos sociales y económicos, y además es rentable.

Si el camino sigue como hasta ahora, al albur de los cientos, con engaños y mentiras, tratando de doblegar a los trabajadores por inanición,  las camisetas se transformarán en camisas y el negro desprenderá fuego que se materializará en un sistema de prisiones más vulnerable, con fuertes tensiones internas, con una bajada exponencial de la calidad reisertadora actual, y donde lo punitivo será central y estará presente como demanda generalizada ante la degradación de un sistema penitenciario al que no se ha sabido defender, por parte de los que se les llena la boca de reinserción y Constitución, todo por algo tan banal,  por el corto-placismo y la mediocridad de unos gestores políticos que solo trabajan en el narcisismo de una agenda de lo inmediato.

Solo el camino de la negociación cierra las puertas a los senderos de los sueños rotos, solo habrá o liderazgo o rompedores de sueños. Ese es el reto

22 comentarios:

  1. El gobierno tiene que comprender que una institución que fundamenta su existencia en el trabajo con personas no puede permanecer más tiempo sin una negociación real con los sindicatos.

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  2. Vaya paja mental te has hecho colega. Se nota que llevas en la poltrona muchos años.
    Por esto, por actitudes como la tuya, es por lo que los compañeros no quieren saber nada de los adocenados sindicatos.

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  3. Te hago el test para saber de que calaña eres:
    Eres sindicalista?
    Estas liberado?
    Si no estás liberado tienes horas sindicales? Las coges en fin de semana y noches que no son útiles para la acción sindical?
    Ya sabes se un hombre y da un paso al frente.

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  4. Me parece que tú no conoces al personal penitenciario. En mi vida había leído tanta burrada junta, lo que demuestra el desconocimiento total de la realidad penitenciario y sus trabajadores.

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  5. Si eres compañer@ me avergüenzo de ti por insultar de esa manera a trabajadores penitenciarios cansados de un sindicalismo aborregado. Usted no representa a nadie y desconoce por completo el mundo penitenciario.

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  6. Palabra de liberada vividora con miedo a perder sus prebendas...

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  7. Te animo a unirte uno de los días de huelga. Acércarte a cualquier prisión que desees y pregunta a los que estamos en los accesos con esa camiseta negra que desprestigias. Infórmate y luego escribe. Conoce cara a cara a l@s compañer@s que estamos luchando y luego juzga. Averigua de donde sale esa financiación que afirmas que existe y me lo cuentas, porque aquí en Canarias, mi camiseta me ha costado 5€ y ayer puse otros 5 para las pancartas que queremos llevar en la manifestación del 29 y en las sucesivas jornadas de huelga. Cuando la encuentres, te pido por favor que nos lo comuniques, porque sería una forma más de pisotearnos puesto que aquí a los únicos que les cuesta tiempo y dinero es a tod@s y cada un@ de nosotr@s.
    Una funcionaria en huelga porque TU ABANDONO ME PUEDE MATAR

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  8. Usted no tiene ni idea de lo que va esto, ni creo que le interese averiguarlo. Yo le aconsejo, si tanto está interesado por el sindicalismo verdadero, se afiliara a la CNT. Eso sí, ser sindicalista sin subvenciones estatales es más complicado. Ha llamado fascistas a muchos compañer@s y eso, sin saber quién es usted, no se lo perdonaré jamás

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  9. Echa de menos los sindicatos verticales? Hágase está pregunta, quizá encuentre respuesta a las barbaridades que ha escrito en este blog.

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  13. Al leerle a usted no me extraña que los sindicatos penitenciarios estén al borde de la desaparición. Penoso su artículo.

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  14. Y tú quién eres para hablarme así?
    Por lo menos identificaté y sal de tu anonimato

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  15. Lo que si sabemos es como se financia tu sindicato, de subvenciones del gobierno ( sean de de un signo o de otro) ya que de las cuotas de afiliados sería difícil al no tener prácticamente afiliados en prisiones

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  16. Camisas negras? A mí, republicano y antifascista hasta la médula, me va a decir usted que yo soy un camisa negra fascista,quién se ha pensado que es usted para insultar a un movimiento que lucha por la defensa de un servicio público cómo el nuestro? Debería de avergonzarse de sus palabras y pedir perdón a este grupo de compañeros, entre los que me encuentro, que su único pecado es la defensa de un sistema penitenciario público,en el que sus trabajadores sean reconocidos económica y socialmente su labor. Aún está a tiempo y pida disculpas por este desafortunado artículo

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  17. No hay que ser muy espabilado para intuir que éste articulo lo ha escrito vd desde un flamante despacho o similar, tirando de hemeroteca y rodeado de artículos de primera necesidad conseguidos con el sudor de su frente partiéndose el pecho por el bienestar de sus afiliados. Tómese la medicación, pise suelo y reconozca que esos camisas negras y muchos más, que aunque no lo seamos estamos plenamente con ellos, tienen su origen en la decepción y desconfianza que a lo largo de mucho tiempo han sembrado los representantes sindicales, más interesados en conservar su silla, sus horas sindicales, sus liberaciones, sus subvenciones gubernamentales, etc que en velar por el bienestar y por los derechos de sus compañeros de trabajo, los mismos que ahora están poniendo en peligro, en ocasiones hasta su integridad física, por defender lo que los sindicatos no han sabido ni querido solucionar, hasta que no han visto que su vida aburguesada como sindicalista estaba en peligro. Tómese la medicación y pise tierra.

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  18. Menuda mierda de articulo. Pero enhorabuena, has logrado aburrirnos a todos con tu prosa verborreica y tu absoluto desconocimiento del medio y la situacion.

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  19. Te invito el próximo día 6 a acompañarnos en la huelga del CP Córdoba y llamarnos en la cara fascistas y camisas negras.

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  20. El paralelismo q introduce es muy sofisticado y simbolico pero carece de realismo actualmente. Lo q ha movido las conciencias adormecidas de sindicatos y estos han tirado de los funcionarios del cuerpo de ayudantes ha sido la subida salarial a los policías y guardias civiles.
    La aparición de los asindicales en escena es un grupo minusculo, anacrónico y q se inicia en algunos de Alhaurín, a nadie representan y quieren imponer sus criterios. Ni hay tanta conciencia de lucha ni tanta zarandajas.

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  21. Que lucha??todos los dias pegan a un funcionario....el hannibal lecter casi mata a 2 funcionarios??

    Que hacemos una huelguita a las 15:00 de un miercoles pa no molestar???

    Llevan faltando 3500 funcionarios desde hace 3 años y que han conseguido ustedes??

    Nada de nada siguen faltando 3500 y todos los dias cobra un funcionario....asi que menos camisetitas y mas huelga general indefinida....

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